17 ene 2011

Cuna de Gato - Kurt Vonnegut

A la hora de hacer un análisis ético de la humanidad desde el punto de vista de la Teoría de Sistemas hay dos enfoques enfrentados, que como es lógico, coexisten simultáneamente en una realidad impregnada de moralidades en diferentes tonos de gris. Por un lado tenemos lo que podríamos denominar enfoque optimista, centrado en acentuar las sinergias y en destacar que a través de las mismas se consigue que el conjunto tenga un rendimiento mayor que la suma de los rendimientos de cada uno de sus elementos considerados individualmente. Seguro que todos tenemos en mente ejemplos de los logros conseguidos por el ser humano cuando se lanza al un objetivo común en espíritu colaborativo, logros que difícilmente se habrían alcanzado sin el esfuerzo colectivo. Por otro y en franca oposición, tenemos lo que podríamos llamar aproximación realista (me niego a llamarla pesimista), que se fundamenta en el hecho innegable de que la fortaleza de un sistema es equivalente a la de su parte más débil. Dada la fragilidad y mezquindad del hombre, esta afirmación aplicada al conjunto global de la humanidad tiene resultados francamente desesperanzadores. Por no decir desoladores. Aniquiladores.

Cuna de Gato es una sátira despiadada contra la humanidad, en donde todo lo que puede ir mal, saldrá fatal con total seguridad si hay algún ser humano de por medio. Vonnegut está perfectamente alineado con el enfoque realista expuesto en el párrafo anterior, al igual yo mismo a decir verdad. Escrita durante la Guerra Fría, la narración está impregnada del pesimismo y catastrofismo habitual en la época. La trama se elabora a partir de trozos de la peor podredumbre de la humanidad: la religión se muestra como una gran farsa ("Aquel que no sea capaz de comprender que una religión útil pueda estar basada en mentiras, tampoco comprenderá este libro"), la familia y las relaciones personales se exhiben interesadas y abusivas, y por supuesto también tienen su merecido los gobiernos y sus agendas ocultas para manipular y controlar a la población. Aunque con el tiempo se ha demostrado que la hostilidad entre los grandes bloques se pudo resolver (enfoque optimista, ver primer párrafo), la situación no ha ido precisamente a mejor, con las desigualdades aumentando día tras días. Por tanto el desánimo y el derrotismo del texto siguen plenamente vigentes.

Y sí, desde luego hay un ingrediente scifi importante: el hielo-nueve. Se trata básicamente de agua, pero en un nuevo estado sólido y con una ordenación molecular especial cuyo punto de fusión se sitúa en los 45,7ºC. Como característica adicional de clara lectura apocalíptica, el hielo-nueve puede actuar como germen de cristalización y desencadenar, a temperatura ambiente, la solidificación del agua en estado líquido. La incorporación de este componente al texto le da un toque ciencia-ficción dura muy de mi gusto, aunque reconozco que en realidad el lado soft del género tiene muchísimo más peso en la novela. No en vano el autor no hace sino diseccionar y criticar elocuentemente la sociedad en que vivimos. En todo caso, este hielo imaginario es una metáfora muy conveniente para exponer el desastre al que el ser humano se va aproximando lenta, pero inexorablemente.

No he podido encontrar muchar reseñas de Cuna de Gato en la blogosfera, pero en Bibliopolis, una de las pocas que he visto, no sale muy bien parado. Curiosamente señalan al omnipresente fatalismo de Vonnegut y a su falta de fe en el ser humano como factores clave para que la historia no enganche. Justo lo que a mí más me atrae el libro.

5 comentarios:

Palimp dijo...

En Bibliopolis aman la ciencia ficción pero a veces tienen problemas con la literatura.

Tengo que releer a Vonnegut, un verdadero genio.

Maravilloso Desgarro dijo...

Yo adoro este autor y no creo que sea nihilista, creo todo lo contrario. Creo que escribió de la forma que lo hizo para advertir, a aquel en el que así lo quiera la belleza de la vida y cuànto el hombre la agrede.

Cities: Moving dijo...

@ Maravilloso Desgarro: Bueno, bueno, el nihilismo no es malo, el nihilismo no tiene nada que ver con esa imagen de pesimismo, pesadumbre y derrotismo que el inconsciente colectivo le ha otorgado (en la Wikipedia hay un resumen bastante decente de esta corriente filosófica). En mi opinión la interpretación que damos a cada lectura que hacemos tira mucho de las experiencias personales, la tuya me ha parecido muy vitalista, algo que la relaciona precisamente, con el nihilismo.

Lupa Sívori dijo...

Genial genial post!! Capturaste a la perfección la esencia de la novela. "Cuna de Gato es una sátira despiadada contra la humanidad, en donde todo lo que puede ir mal, saldrá fatal con total seguridad si hay algún ser humano de por medio." Sublime!

Los encuentros (casi azarosos) del protagonista se convierten en una soberbia exploración de la estupidez humana y en un camino hacia las profundidades del absurdo kafkiano. Armé un análisis en mi blog al respecto, me gustaría saber qué te parece:

http://viajarleyendo451.blogspot.com.ar/2014/01/cuna-de-gato-una-novela-de-kurt-vonnegut.html

Saludos!

Cities: Moving dijo...

@Luciano Sivori: Vaya, muchas gracias por tu comentario, me alegro de que te hay gustado mi pequeño análisis de 'Cuna de Gato'. Como gran aficionado que soy de Kurt Vonnegut, espero echar un vistazo a tu post en breve. Un saludo.

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