Lo sabía desde septiembre de 2013, que fue cuando leí la recopilación de Cuentos de este autor publicada por Lengua de trapo: a Kjell Askildsen no le convence casi nada de lo que escribe, así que supongo que ese es uno de los motivos por que publique tan poco. Visto lo visto, cuando me enteré de que había aparecido El precio de la amistad me fui a por él de cabeza. Solo para comprobar que los doce relatos cortos que contiene apenas ocupan setenta páginas. Y si el libro alcanza poco más de noventa es por un epílogo donde se resumen brevemente las características de su obra. Tengo fanzines de fotografía encuadernados con grapas que tienen más palabra escrita que este tomito. La cuestión aquí no es que no me haya gustado. Al contrario, me ha encantado. La frustración viene a que me ha sabido a tan, tan poco que me parece escandaloso. Injusto.
Me he topado de nuevo con los temas que ya disfruté hace unos años. El hastío de la vida en familia, del matrimonio; la soledad y la vejez; la extrañeza que surge del alejamiento; los silencios como respuesta; las interpretaciones tan dispares, y por lo general irreconciliables, que personas diferentes hacen de un mismo hecho; la indiferencia y el distanciamiento de los demás. Todo dicho con muy pocas frases. Las imprescindibles nada más. Una auténtica maravilla; devastador, tan revelador de cómo somos los seres humanos. Nos enfrentamos a cada poco a miles y miles de libros rebosantes de palabras que en realidad no dicen nada, y para alguien que tiene algo que contarnos tenemos que conformarnos con setenta páginas. ¿Por qué?
Pedro Juan Gutiérrez: Anclado en tierra de nadie
Hace 2 horas
3 comentarios:
Lo digo siempre: lo breve bueno, dos veces bueno.
Pediré el libro a la biblioteca del pueblo nada más reabra.
@Lucas Despadas: Qué suerte tener línea directa con una biblioteca pública para poder pedirles libros, ¡aprovéchala!
;)
Cualquiera puede hacerlo. Si lo tienen en otro punto de la comunidad, puedes pedir que te lo traigan. Además, puedes dejarlo como sugerencia de compra también, si no lo tienen en ningún sitio. Es un mundo el del tráfico de libros de las bibliotecas autónomas en nuestro país. :)
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