Configuración de la última orilla es el quinto poemario que publica
Michel Houellebecq. No me gusta mucho la poesía, pero me gusta mucho
Houellebecq, así que consideré mi obligación de
fans darle una oportunidad. Las composiciones están agrupadas en cinco apartados:
- la extensión gris, donde hay una mezcla de poesía libre y formal para reflexionar sobre la humanidad, la sociedad, las relaciones personales, etc. siempre desde un punto de vista muy houllebecquiano; es decir: cínico, procaz, insolente.
- de puente en la zona 6, con poesía formal gritando a los cuatro vientos el dolor que nos supone existir y sin embargo, dejando bien claro también que la inquebrantable voluntad humana nos arrastra a la búsqueda de la felicidad
- memorias de una polla, engloba poemas rigurosamente adaptados a métricas canónicas con el sexo como motor de la existencia humana, y poniendo en evidencia a las hormonas que nos obligan a buscar el contacto carnal en toda nuestra trayectoria vital.
- las inmediaciones del vacío, que agrupa poemas formales que evocan la pérdida del amor y el recuerdo de la felicidad que supuso su breve presencia en nuestras vidas.
- meseta, un conjunto de reflexiones variopintas tanto en métricas canónicas como en verso libre; sobrevuela a todos ellos un cierto tono de fatalidad por la decrepitud de la vejez y la falta de interés y fuerza para resistir que la acompaña.
Tengo que admitir que hay muchos poemas de los que no he sacado gran cosa en claro. Los he leído, sí, pero al terminarlos la pregunta que me rondaba la cabeza era: ¿qué habrá querido decir con esto? Otros sí que caen claramente fuera de los simbolismos y se traducen en versos contundentes de imágenes poderosas. Por ejemplo, CARA B, incluído en el segundo bloque dice:
Y entonces de repente todo pierde su atractivo
El mundo sigue ahí, repleto de objetos variables
De discreto interés, fugitivos e inestables,
Una luz mortecina baja del cielo abstraído
Es la cara B de la existencia,
sin placer ni verdadero sufrimiento
Salvo aquellos que derivan de la usura,
Cualquier vida es una sepultura
Cualquier futuro es necrológico
Ya solo nos hiere el pasado
El tiempo de la ebriedad y el sueño,
La vida no tiene nada de enigmático.
Resumiendo, nos enfrentamos a las preocupaciones, temas y tics habituales de la obra de
Houellebecq esta vez en formato lírico. A mi me ha resultado una experiencia muy enriquecedora. Pero claro, yo siempre he conectado muy bien con este autor, es como decir que tus hijos te parecen muy guapos: una afirmación muy sesgada. Se lee en un pispás y viene en edición bilingüe, así que si sabéis francés podréis disfrutarlos en su idioma original. Más reseñas en
Los Inrockuptibles y
El alma de la piel.
2 comentarios:
Esos son los problemas de empatizar mucho con un autor. ¡Al final te lees su poesía y te parece hasta buena! Que no digo que no lo sea, ojo, pero para que tú leas poesía, ya tiene que ser una maravilla como narrador este Houellebecq.
@Lucas Despadas: La obra de Houellebecq tiene aspectos idológicos muy criticables, pero hay que reconocerle el mérito de haber sabido diseccionar la sociedad actual exponiendo sus vergüenzas. Que como ya se habrá notado, es una de los temas que más me interesan.
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