Tala es un impresionante monólogo interior de mi admirado Thomas Bernhard, en el cual, el narrador/autor da un repaso exhaustivo a la amistad y las relaciones sociales y en menor medida, afectivas. Y lo hace desde la perspectiva y madurez, pues se enfrenta, durante una cena artística en Viena, a quienes eran su camarilla cuando él tenía poco más de 20 años, unos 20-30 años atrás, y a quienes abandonó sin mediar explicación para marcharse a vivir a Londres.
Naturalmente y como no podía ser de otra forma, el austriaco se dedica a revelar las infamias ocultas tras la hipocresía social que dinamiza las relaciones humanas, que si bien está cargada de particularidades por centrarse en la gente y el mundillo del arte (esnobismo, pose, vanidad, superficialidad, búsqueda de la admiración y el reconocimiento público, etc.), puede extrapolarse sin problema a cualquier grupo de amigos, independientemente del rasgo común que les una. En resumen todo el mundo intenta sacar provecho de todo el mundo para satisfacer sus propios intereses, sin remordimientos, sin preocuparse por los devastadores resultados que dicha agresión tiene en las víctimas. Cada uno de los asistentes a dicha cena le permite poner de manifiesto su propia evolución como persona. Así los anfitriones, el matrimonio Auersberger, fueron sus mecenas, pero una vez el narrador ha logrado el éxito más que protectores aparecen como unos monstruos que intentan vampirizar los talentos ajenos. El invitado de gala es un actor del Burgtheater que inicialmente parece un simple totem y fetiche de la vida cultural vienesa, pero que al final se comporta como un bufón que puede permitirse decir unas cuantas verdades sobre la miseria que rodea la existencia de todos ellos. Joana, bailarina y actriz que nunca logró el éxito, su reciente suicidio es el acontecimiento que les ha vuelto a reunir; ella representa el dolor y el fracaso más absoluto del ser humano en todos los aspectos. Jeannie, escritora que fue pareja del narrador y que sigue despertando en él un rechazo insoportable, por la mediocridad de su talento y por personificar su propia decepción del amor. Todo ello por supuesto para regalarnos certeras reflexiones sobre sus obsesiones habituales: la amenaza de la vejez y muerte y a la vez su poder liberador, el dolor de estar vivo contrapuesto a las pequeñas recompensas que podemos obtener mientras lo estamos, la vileza del ser humano enfrentada a su ocasional genialidad, etc.
En fin, me ha parecido una auténtica maravilla. Además, en esta novela en concreto Bernhard usa con particular habilidad esa característica tan suya que son las palabras que se repiten y anidan cíclicamente en frases consecutivas para resaltar ideas una y otra vez. La lectura pasa a tener algo de experiencia plástica y espacial, con volutas, espirales y cicloides creandose espontáneamente en la cabeza para albergar las ideas expresadas en cada párrafo. Tenéis otras reseñas en Condón Umbilical y en liber, libro, libre. Esta última imita con muy buenas maneras el estilo repetitivo del autor austriaco. Por cierto, el diseño gráfico de la portada de esta edición de Alianza Editorial me parece chulísimo.
Trilogia de la Terra Fragmentada - N.K. Jemisin
Hace 2 horas
4 comentarios:
Gracias por mencionar mi blog. La verdad que "Tala" es una obra maestra.
Feliz Navidad :)
@condonumbilical: Faltaría más, tienes un blog de lo más original y me encanta como repartes leña, aunque a veces no sea merecida según mi gusto.
Tomo nota. Tengo pendiente el volumen de Anagrama que recopila los escritos autobiográficos. Le tengo muchas ganas pero a la vez me impone bastante.
@David: Mi toma de contacto con Bernhard fueron precisamente sus relatos autobiográficos. Algunos son bastante duros, así que tómatelo con mucha calma. Yo tenía que dejar pasar unas semanas entre uno y otro del mal cuerpo que te dejan. No digo más, bueno sí, que por otro lado me parecen de lectura obligada para hacernos una idea de lo que significa el concepto "Austria"
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