Empatía es una novela muy esquizofrénica. Sé que es un adjetivo un poco extraño, pero es que le va que ni pintado a las aventuras y desventuras de Anna O., una lesbiana que se enamora siempre de las mujeres equivocadas: o bien bisexuales, o bien supuestas heterosexuales. La cuestión de fondo tratada por Sarah Schulman en esta narración, ella misma lesbiana y activista comprometida en la lucha por los derechos del colectivo gay, es poner de manifiesto las dificultades inherentes a la aceptación de la homosexualidad y a su expresión con naturalidad en la sociedad actual, que en el caso de las lesbianas se revela aún más complicado, ya que al ser mujeres tienen que sumar a la homofobia el machismo imperante, viendose por tanto doblemente marginadas.
La historia es divertida y deprimente a partes iguales. Mientras la protagonista habla con Doc, su terapeuta aficionado, resulta imposible no reír al conocer ciertos detalles humillantes de las desastrosas relaciones por las que ha pasado. También son desternillantes las reuniones familiares, relatadas como si de una sitcom se tratase, ya se desarrollen en un funeral o durante la celebración de la fiesta judía de Pésaj. Pero también es terrible el entorno en que se desarrolla la trama: el Nueva York de principios de los 1990s, destrozado por el SIDA y las drogas, con el fantasma de la Primera Guerra de Irak flotando en el aire y unos índices de criminalidad altísimos.
Ligera y entretenida, tiene un final inesperado y bastante alegre, un alivio que permite romper con el tono agridulce que flota por todos los capítulos. No he encontrado ninguna reseña de esta obra en la blogosfera, además dudo mucho de que la haya en breve puesto que el libro está descatalogado y yo lo adquirí de segunda mano tras leer el resumen de la contraportada. Eso sí, Sarah Schulman aparece en casi todos los websites de recursos LGBT.
Trilogia de la Terra Fragmentada - N.K. Jemisin
Hace 3 horas
1 comentarios:
Pues me ha llamado la atención. Me lo apunto (y a la autora), en la red de bibliotecas de la diputaciónd e Barcelona lo tienen, pero en Cerdanyola, que me pilla un poco lejos.
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