Jim (el mayor), Bob y Susan (mellizos) son los tres hermanos Burgess. Nacidos en Shirley Falls, una pequeña ciudad de Maine, solo Susan sigue viviendo allí. Jim y Bob son abogados y se marcharon a Nueva York en cuanto tuvieron oportunidad. De hecho Jim es un letrado muy reconocido que ganó fama nacional en un juicio muy mediático. La relación de los chicos con su hermana es más bien fría, en parte porque ella sigue viviendo en Maine y ninguno de los dos quiere saber nada de su lugar de origen, debido entre otras cosas a un accidente provocado por Bob cuando tenía solo cuatro años y que causó la muerte de su padre. Ocurre entonces que el hijo de Susan, Zach, un joven de apenas 20 años solitario e introvertido, hace una gamberrada contra la mezquita de los refugiados somalíes que viven en Shirley Falls. Pero cuando se corre el rumor de que la fiscalía lo quiere juzgar como delito xenófobo y contra la libertad de culto, su madre llama desesperada a sus hermanos pidiéndoles ayuda. Así que los dos tendrán que volver a Maine, algo que tendrá muchos efectos inesperados sobre la vida de los Burgess.
La familia es sin duda una gran fuente de inspiración para la narrativa. Un pozo inagotable de tramas y argumentos capaces de desbordar páginas y páginas de historias que abarcan desde la felicidad (las menos) hasta el horror más profundo (no pocas). Los hermanos Burgess no está en ninguno de esos extremos, sino que se mueve en una escala de grises más o menos oscuros que resultarán reconocibles a casi todos los lectores. Elizabeth Strout ha conseguido captar a la perfección todos los matices de las relaciones familiares. Las inevitables preferencias de los progenitores por alguno de sus hijos. Las pequeñas alianzas y simpatías que se establecen entre algunos hermanos, junto con el distanciamiento y antipatía entre otros (que por cierto son alterables en el tiempo por cualquier pequeñez que se torna intolerable o adorable a ojos de otro). Los lastres de la infancia que moldean la edad adulta y la incorporación de los cónyuges para alterar el precario (des)equilibrio que regía el orden familiar. Imposible no reconocer a tu propio clan en la vida de los hermanos Burgess, hábilmente llevada al límite ante una crisis.
La novela hace una acertadísima descripción de unas relaciones familiares convencionales, que a pesar de las desavenencias, secretos inconfesables, peleas y distanciamientos, mantienen unos afectos a prueba de bomba debido a los extraños lazos que crea la sangre y una infancia común. Pero Straut no solo nos ofrece un cuadro fidedigno de la institución familiar con sus luces y sus sombras. En las páginas podemos ver una implacable crítica a los Estados Unidos y su sociedad clasista y racista. Los urbanitas y su desdén por los pueblerinos. Blancos anglosajones protestantes en la cima de la jerarquía social que son incapaces de descifrar los problemas no ya de los refugiados musulmanes somalíes, cuya realidad son incapaces de concebir, sino incluso de otros norteamericanos blancos pero de otros orígenes (judíos, francocanadienses que emigraron a Maine, etc.). Estos análisis están perfectamente entramados en la acción, de tal forma que si sumamos la crisis de madurez de unos personajes y la soledad que experimentan otros, quedan pocos temas sin tratar ni cuestionar, con muy buen tino en todos los caso creo yo.
En definitiva el libro es muy absorbente y entretenido. El único pero que puedo poner es que al final es un batuburrillo de ideas, tramas y situaciones que en según qué caso se resuelven a las bravas, sin que haya un hilo previo que sustente dicha conclusión. Además se podría pensar que el final es agridulce, con algunos personajes saliendo del hoyo y otros cavándose uno propio, pero a mí la sensación que me queda es que el tono general es muy optimista. En mi opinión el texto transpira un cierto sesgo de clase y raza. Sabiendo cómo se las gasta la sociedad estadounidense, si los personajes hubiesen sido de raza negra todo habría terminado con disturbios raciales, torturas policiales y Zach en la cárcel.
Adiós, gracias y hasta pronto (I)
Hace 7 horas
2 comentarios:
De esta autora tengo pendiente el de "Olive Kitteridge" (que se llevó el Pulitzer y tiene una serie bastante aplaudida), pero la verdad es que me da mucha pereza. Tengo la sensación de que no me va a gustar nada.
Tu reseña tampoco me ayuda :) Aunque le das el visto bueno al libro, por cómo lo describes, me echa un poco para atrás.
@condonumbilical: Me ha parecido un libro bien escrito, entretenido y que se lee con interés. Pero en realidad no destaca por nada especial. Podría decirse que se deja leer, sin más.
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