La Legión es un conjunto de mundos con su propio sol artificial que vagan por el espacio, como si de naves espaciales se tratara. Estos planetas tienen una estructura metálica oculta sobre la cual hay una cobertura orgánica de aspecto, configuración y propiedades similares a los tejidos animales: músculos, piel, sistema circulatorio, etc. Están habitados exclusivamente por mujeres, cuyos embarazos sirven no solo para renovar la población (cada vez menor), sino sobre todo a traer piezas orgánicas de repuesto. Pero por desgracia la mayoría de los mundos que componen la Legión están muriendo. Decaen sin remedio porque llevan vagando por el espacio miles, millones de años. Sufren el equivalente de enfermedades degenerativas y autoinmunes: lesiones que no cicatrizan, tejidos con necrosis, cáncer. Sin embargo hay un planeta joven que aparentemente puede desplazarse indpendientemente de las leyes gravitatorias que gobiernan al resto de mundos. Se trata del Mokshi. Zan es una guerrera que lleva muchos ciclos intentado conquistarlo para las Katazyrnas y por razones que desconocemos, ha perdido la memoria en sus últimos intentos. Pero las Bhavajas también quieren hacerse con él, de forma que hay una guerra abierta entre ambos pueblos por dominar el Mokshi y saquear sus recursos.
Lo primero que sorprende de Las estrellas son legión es que todos los personajes son femeninos. Ya sean humanas, humanoides, mutantes o monstruos, son fisiológicamente mujeres/de sexo femenino. Y os adelanto que la invención funciona a la perfección. El universo creado por Kameron Hurley está estructurado con todo lujo de detalles, de tal forma que la presencia de los hombres no se echa de menos ni resulta necesaria.
En realidad la novela es una space-opera con una subtrama de intriga política que la sustenta, motivando en parte el desarrollo de las aventuras espaciales. El peso de peripecias de Zan y el resto del elenco protagonista es entre dos y tres veces superior al thriller político, pero al menos las maquinaciones maquiavélicas de las Lords que gobiernan uno y otro planeta están muy bien traídas. Así que las partes de acción se hacen algo más soportables. Yo nunca he sido fan de las space-operas, por tanto me han resultado excesivas y absurdas, es decir: lo habitual del género. Relleno puro y duro, aunque imagino que entusiasmará a según qué aficionados. En cualquier caso no le voy a quitar mérito a la gran imaginación de la autora norteamericana a la hora de idear y describir los elementos del universo que ha creado. Ese factor orgánico/cárnico que caracteriza a los planetas de la Legión resulta repugnate y repulsivo, sí, pero está lleno de posibidades que generan inquietud y desasosiego. Y Hurley las aprovecha a la perfección: canibalismo, amputaciones, abortos, putrefacción y miasmas varios pueblan página tras página, provocando gestos de asco en la cara del lector. Finalmente hay un transfondo de relaciones amorosas y camaradería entre las protagonistas (la amistad sale bien parada, el amor no; otro punto a favor de Hurley). Y claro, como la novela sólo cuenta con personajes femeninos, el enfoque exige lesbianismo sin remedio. Esto provocó que el fandom, mayoritariamente masculino y heterosexual, se burlase de la obra proponiendo como título alternativo 'Lesbianas en el espacio'. La autora se apropió de la idea y ni corta ni perezosa cambió el título por este otro. En fin, no tengo mucho más que añadir. Space-opera que se hace soportable por la originalidad de su planteamiento y por los ratos de intriga política, pero space-opera al fin y al cabo.
John Tresch. La razón de la oscuridad de la noche
Hace 2 minutos
3 comentarios:
Buena descripción del libro, prácticamente opino igual, se me hizo difícil de leer porque entrabas de lleno y el mundo descrito es tal cual cuentas a veces cuesta digerir pero parte de la originalidad va ahí.
@Aurelio: Yo sin ser fan de las spaces-operas en absoluto, lo he pasado bastante bien leyéndolo. Por cierto que La brigada de luz también tiene muy buenas reseñas. Habrá que seguirle la pista para leerla en los próximos meses.
Creo que este libro es un ejemplo de la actual ciencia ficción. Fantasía masturbatoria para mujeres.
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