Cada vez se me pone más complicado escribir estos resúmenes. Y no es porque el trabajo me deje poco tiempo libre y menos ganas, esa parte ya la he aceptado con resignación. La cuestión ahora es que pasan tantas semanas desde que termino una libro hasta que escribo sobre él que a veces se me ha olvidado de qué trataba. Sobre todo ocurre si no es especialmente memorable, y admitámoslo, son muy pocos los que caen en esa categoría. Así que el problema se me hace muy presente al sentarme en el ordenador y tengo que tener a mano el Kindle o el libro para hojearlo. Por poner un ejemplo concreto, ha pasado más de un mes desde que leí la primera novela que reseño hoy. Así que el tiempo se ha encargado de eliminar las pocas sensaciones agradables que me generó, para dejar solo el fango más denso y putrefacto en mis recuerdos. Con esto quiero decir que tampoco me hagáis mucho caso si resulto especialmente negativo.
Visitantes milagrosos, de Ian Watson. Que Ian Watson elabora unas tramas muy originales es algo que yo ya he comentado más de una vez en este blog. Ahora bien, tampoco me ha temblado la mano para decir que no siempre logra resolver esas tramas con éxito (en mi humilde opinión, faltaría más). En este caso elabora una teoría sobre el fenómeno OVNI que lo vincula no con los extraterrestres, sino con una conciencia mundial colectiva que se expresa por medio de estados alterados de conciencia y alucinaciones, ya sean individuales o colectivas. El libro tiene momentos épicos, pero como ya le ocurrió en Carne, se cierra bastante atropelladamente porque ese cúmulo de ideas tomadas de aquí, allá y acullá, termina acorralando al autor (por más que derrochen toneladas de inventiva). El británico hace todo lo que está en su mano pora terminar la novela con la mayor dignidad posible, pero resulta inevitable preguntarse si algo de lo que hemos leído tiene sentido.
El hombre hembra, de Joanna Russ. Todo un clásico de la ciencia-ficción feminista citado en todas las listas habidas y por haber. La idea que emplea la autora para mostrar la discriminación que sufre la mujer en la sociedad (más acusada en 1970, que es cuando fue escrita), pasa por contrastarla con otras sociedades existentes en mundos paralelos salidos de su imaginación. La teoría del viaje en la probabilidad hace que un total de cuatro mujeres de distintos universos se reúnan y expongan sus realidades, algo que lógicamente conduce a una crítica feroz del sexismo, la influencia de los condicionamientos culturales en la conducta, el cuestionamiento de las identidades de género normativas, etc. A Russ no le falta razón en su análisis, sin embargo a mi parecer el libro es bastante confuso. Para empezar no hay linealidad argumental y encima todas las mujeres protagonistas tienen nombres muy parecidos: Jeannine, Joanna, Janet y Jael. Como se relacionan entre ellas en escenarios cambiantes no he conseguido en ningún momento tener una imagen aislada y definida de cada personaje, sino que solo cobraban entidad cuando se expresaban en diálogos o la narración los contextualizaba. Tampoco cada una de ellas tiene el mismo peso en la acción; Jael aparece prácticamente al final del texto, en un nuevo giro de la trama que es difícil encajar en un conjunto ya de por sí inconexo. Y para finalizar, hay bastantes párrafos en que la autora mete con calzador su ideario feminista en primera persona y con un estilo panfletario en el que vuelca toda su rabia y frustración. Que no es que yo no la entienda, no es ése el problema. Es que supone un cambio de registro que cuesta encajar en lo que se supone que es una novela.
Cantos estelares de un viejo primate, de James Tiptree Jr. Detrás de este pseudónimo tan masculino se oculta la escritora Alice Bradley Sheldon. No sé por qué narices habré tardado tanto en conocer su obra porque esta colección de relatos y novelas cortas es lo mejor con que me he topado en un montón de tiempo. Se trata de ciencia-ficción con una base de biología bastante importante, pero el lado hard sirve solo de apoyo a los desarrollos sociológicos especulativos y proyectivos con una incuestionable carga feminista. Los siete textos incluídos en este tomo fueron escritos entre finales de los 1960s y mediados de los 1970s, así que recoge el mismo Zeitgeist que la novela de Russ de un poco más arriba. La situación de la mujer en esos años era sin duda peor que hoy día, ahora bien, el enfoque de todos ellos es mucho más atemporal. Los conflictos de discriminación que exponen están mucho mejor tratados y se exponen con una originalidad y un tino ante los cuales no cabe sino maravillarse (y que conste que yo no uso este verbo con demasiada ligereza). Quizás el título más conocido de toda la compilación sea el multipremiado 'Houston, Houston, ¿me recibe?', una mezcla irresistible de temas clásicos de la ci-fi con un giro de tuerca que cuestiona los conceptos de género y sexo. De todas formas mi preferida ha sido 'Un momentáneo sabor de existencia', por la gran carga anti antropocentrista que tiene. A destacar también el trasfondo animalista y de defensa de los derechos de los animales de 'El psicólogo que no quería maltratar a las ratas', que probablemente se define mejor como género fantástico que ciencia-ficción. Sin duda el triunfador absoluto de este mes, aunque seguido muy de cerca por el que viene a continuación.
Lengua materna, de Suzette Haden Elgin. Distopía en toda regla. Distopía en el sentido tradicional y original del término: una sociedad que ha evolucionado desde la actual para volverse un infierno para algún grupo diferenciado, lo cual permite poner de manifiesto los peligros que acechan a la actual. En la novela de Elgin, primera de una trilogía que incluye también La rosa de Judas y 'Earthson' (sin traducción al castellano), los derechos de las mujeres fueron cercenados a raíz de un Nobel en Medicina que demostraba su inferioridad intelectual. Borradas completamente de la esfera social para pasar a ser tratadas por los hombres como simples objetos domésticos, sólo las traductoras pertenecientes a unas reducidas familias de lingüístas tiene cierta presencia pública al ser utilizadas por los gobiernos de la Tierra en las negociaciones mercantiles con todas las especies extraterrestres que se han ido conociendo en los últimos siglos. La novela nos muestra un grado de abuso sobre la mujer que me ha recordado irremediablemente a El cuento de la criada (vía serie de la HBO, porque no he leído el libro de Margaret Atwood). Incluye eso sí más elementos de ciencia-ficción y una componente de psicolingüística que me han resultado muy, muy atractivos.
Dellas. Un mundo femenino, de Charlotte Perkins Gilman. Utopía feminista en la cual tres jóvenes y aguerridos aventureros estadounidenses de principios del S. XX exploran un país desconocido en medio de la jungla del Amazonas y habitado exclusivamente por mujeres. La autora, militante feminista ella misma, evidentemente, desarrolla sus deseos de igualdad de derechos entre hombre y mujer imaginando una sociedad matriarcal cuya expresión máxima es la maternidad. La hermandad entre todas sus habitantes y su lucha común por la consecución de unos ideales progresistas nos hacen ver cómo podría ser una sociedad ideal contrapuesta al patriarcado. La novela data de 1915, así que el nivel de prejuicios a combatir estaba a unos niveles inconcebibles. Sin embargo Gilman lo hace con mucho humor y más elegancia. De nuevo vemos que en un texto feminista aparece un claro alineamiento con el vegetarianismo y la defensa de los derechos de los animales, no en vano las habitantes de Dellas se nutren exclusivamente de productos obtenidos de la tierra y muestran su estupefacción al saber que en Occidente se usa la leche de vaca como alimento (por no hablar del horror que les provoca saber que los terneros terminan en los platos). Lamentablemente e inclinando la balanza ética en su contra, el texto deja traslucir ciertos tics racistas y supremacistas del ideario de la autora. Tengo que admitir los primeros capítulos destilan un tufo a novela de aventuras bastante aburrido, eso sí, una vez los hombres y sus prejuicios decimonóncios llegan a Dellas, el texto su vuelve muchísimo más interesante y desarrolla un montón de ideas avanzadas que por desgracia un siglo después siguen teniendo mucho de utópico. Por cierto que el título original es Herland, lo que ayuda a entender el que se le ha dado en español.
Pedro Juan Gutiérrez: Anclado en tierra de nadie
Hace 1 hora
5 comentarios:
Yo también me siento parecido últimamente. Entre la oposición y otro Máster que acabo de comenzar, lejos de casa para más inri, apenas tengo tiempo para leer, lo que leo es en el transporte público y hasta que tengo una mañana para sentarme a reseñar pasa tanto tiempo que ya no me merece la pena. Se me ha olvidado buena parte de lo que quería comentar mientras leía y, al menos, hasta julio seguirá siendo así. En cualquier caso, gracias por sacar un tiempo, Cities. Ya sabes que soy muy acérrimo a Das Bücherregal y agradezco cada pequeña aportación, por mínima que sea estos meses, que hagas.
Cuando uno está medio bajón por el trabajo (entre otras cosas) no hay nada mejor que una novela corta o casos estilo Agatha Christie: personalmente dan placer y hace que uno se olvide del mundo. Muchas gracias por las reseñas de libros
@Lucas Despadas & Scabbers: Gracias por vuestro apoyo incondicional al blog. Me temo que a medida que pasan los meses desde que empezó esta crisis provocada por el exceso de trabajo, cada vez estoy más tentado de dejar morir el blog. No descarto que cualquier día deje de escribir sin más, nada de despedidas lacrimógenas, loas al cierre de una etapa y mentiras sobre un futuro más propicio, etc. etc. Simplemente retirarme discretamente, como pasa contiuamente con cientos de blogs. En fin no sé lo que aguantaré, cada vez que escribo un resumen me animo un poco pero por otro lado la situación laboral no tiene visos de cambiar, así que solo el tiempo lo dirá.
No debes, salvo que lo sientas como obligación. Yo cuando escribo en el blog es para "recargarme" sino ni lo intento. Pero no abandones porque es jorobado encontrar buenas páginas como la tuya, un abrazo.
@Scabbers: Eres muy amable, gracias otra vez por tu apoyo. Como decía el poco tiempo que le dedico al blog últimamente siempre lo disfruto, quizás el problema esté en ver que no puedo disfrutar tanto como antes porque escribo menos y en la frustración que conlleva, creo que es mejor olvidarme de él antes que apenas poder tocarlo. No sé, es un poco extraño pero creo que la cosa va un poco por ahí.
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