Colonia en carnavales de 1974. Katharina Blum es una joven de 27 años muy atractiva y trabajadora. Ha salido adelante ella sola con su esfuerzo personal tras una infancia bastante difícil. Tiene un empleo de jornada completa como asistenta doméstica en casa de una pareja acomodada de profesionales de mediana edad, los Blorna, donde es muy bien valorada y apreciada. Aun así, acepta trabajos esporádicos para ganar algo más de dinero y poder adelantar pagos de la hipoteca de su vivienda. Su madrina la invita a una fiesta de carnaval, donde se pasa toda la noche bailando con un joven al que acaba de conocer. Al final de la noche se van juntos a casa de K., él se marcha sin despertarla y cuando ella por fin lo hace, se encuentra con la policía en su vivienda. El joven desconocido resulta ser un atracador de bancos a quién se acusa además de asesinato. Katharina es interrogada por la autoridad y el PERIÓDICO inicia una campaña sensacionalista de descrédito de la joven, dejando de lado cualquier ética periodística y buscando únicamente el morbo y las ventas.
A pesar de ser con casi toda seguridad la novela más conocida de Heinrich Böll, nunca he mostrado mucho interés por El honor perdido de Katharina Blum porque había visto la adaptación a la gran pantalla de 1975, dirigida por Volker Schlöndorff y Margarethe von Trotta. Así que con esto me daba por satisfecho. Sin embargo es verdad que en algún blog que reseñaba el libro avisaban que existían diferencias entre ambos. Como es uno de esos títulos que han aparecido en mil colecciones con lo mejor de la literatura del siglo XX, me hice con una copia de segunda mano en alguna de mis ya habituales visitas a librerías de lance. Pues bien, tengo que dar la razón a aquella reseña que no recuedo dónde leí. La película capta muy bien el mensaje de fondo de esta obrita de Böll (y si digo obrita es por la extensión, no por que sea un título menor en su producción). Pero el tono, ¡ay, el tono! El tono de la película es exclusivamente dramático, mientras que la obra del Nobel alemán está llena de otros matices que por desgracia, se pierden en el celuloide. Y con eso no quiero decir que el film sea malo, que no lo es, sino más bien que el libro es muchísimo mejor y más rico. Y en seguida explicaré el porqué.
Dada la popularidad de esta novela, me parece casi inncesario hablar de los temas que toca. He leído una edición de El Círculo de Lectores que viene precedida por una introducción de José María Carandell en la cual se analizan brevemente las características de la narrativa de este autor y los acontecimientos que dieron lugar a este libro. Resulta más que evidente que el tema de fondo es una crítica despiadada de la prensa amarilla en general y más en particular, del Bild Zeitung (hoy conocido simplemente como Bild). El sensacionalismo, la manipulación, la tergiversación, en definitiva la falta de profesionalidad son marca de la casa. Y a persar de ello, ha sido uno de los medios de comunicación más influentes en el opinión pública alemana. A Böll no le tiembla el pulso por tanto a la hora de cuestionar el borreguismo de la sociedad, que enlaza con la línea editorial conservadora de dicho periódico. No solo no tiene pelos en la lengua, sino que además lo hace con una mezcla imposible de rigor analítico y humor. Porque si hay algo que me ha sorprendido, que en absoluto se refleja la película, son los certeros golpes de humor que aparecen a cada poco y que consiguen que, a pesar de la espantosa situación por que está pasando la protagonista, no te quede más remedio que reír por las disparatadas ocurrencias a que te enfrentas. La ironía y el humor absurdo, de los cuales la mayor exponente es Trude Blorna (conocida como Trude la Roja), ayudan a rebajar la tensión, aunque detrás de sus aparaciones se sigue notando la censura del escritor a la prensa como reflejo de una sociedad que antepone el beneficio económico a la dignidad.
El libro se articula como una novela criminal de capítulos muy cortos. Escrito con un estilo casi periodístico, el desenlace se nos da a conocer en las primeras páginas y a partir de ahí, Böll juega a su antojo con la información, la ambigüedad y la línea temporal para revelarnos los detalles justos que nos mantendrán en suspenso. No tanto para cononcer el qué, sino para mostrarnos el cómo. Resumiendo, una auténtica maravilla que vuelve a demostrarme por qué este autor está entre mis preferidos. Totalmente recomendada. Tenéis otras opiniones en Solo de libros, U-topía y Un libro al día.
Y terminó por encantarme también el Onceavo Doctor.
Hace 2 horas
2 comentarios:
Hola, no he leído esta novela pero sí otras de Boll y lo considero un autor imprescindible.
Saludos
PD: Desde el celular es imposible cargar comentarios, si pudieras modificarlo creo que recibirías muchas más opiniones.
Gabriel Diz: Como comprobarás por el número de obras suyas que llevo leídas, yo tb. soy muy fan de Herr Böll. Respecto al problema que indicas para comentar desde el móvil, me temo que no puedo serte de mucha ayuda. La plantilla del blog cuando se accede desde dispositivos móviles es la que Blogger asigna por defecto y así se va a quedar. Yo acabo de probarla y tengo acceso a publicar comentarios sin problema, de hecho esta respuesta está hecha desde mi móvil. En todo caso, gracias por pasarte por aquí y comentar.
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