24 abr 2012

Las Amantes - Elfriede Jelinek

Catorce años separan Las Amantes, escrita en 1975, de la que hasta el momento era mi única (y terrible) experiencia con la prosa de Elfriede Jelinek, Deseo, que data de 1989. Como ya adelanté en mi post sobre ésta última, me compré dos libros suyos a la vez, uno de los hábitos de consumo de los que no consigo deshacerme, así que estaba algo, uhm, digamos "inquieto" cuando empecé a leer la que hoy me ocupa. Por suerte para mi Las Amantes es, a nivel formal, mucho más ligera y fácil de llevar que Deseo. ¿Quizás porque es una de sus primeras obras? No lo sé, tal vez tenga algo que ver, lo cierto es que en cuanto al contenido ambas son muy críticas.

En esta ocasión es la sociedad patriarcal heteronormativa quien se encuentra en el punto de mira de la Nobel austriaca. La posición de la mujer es, en este contexto, la de sumisión al hombre a través del matrimonio. Ahora bien, en lugar de enforcar sus juicios desde una perpectiva asfixiante, obscena y brutal, como ocurría en Deseo, se hace desde la burla, el sarcasmo y la ridiculización extrema. Elfriede Jelinek se pitorrea de las protagonistas, Briggite y Paula, y de la forma de vida que han elegido, o que han sido condicionadas a llevar. La única via de escape a su gris existencia (trabajo alienante, familias disfuncionales) no es otra que la búsqueda y captura de un marido que les haga salir del espantoso entorno que su nacimiento les ha destinado. Ambas consiguen lo que quieren quedandose embarazadas, ya que no cuentan con ninguna otra arma para lograr lo que quieren. A Briggite, madura y calculadora, los planes le salen bien y consigue mejora económica y en estabilidad pasando por la vicaría. A Paula, joven e idealista, el amor no le soluciona nada, es más, solo le vale para empeorar su ya lamentable situación personal. Para la autora, el matrimonio es siempre una trampa que condena a todo el mundo (hombres y mujeres) y que perpetua un modelo de sociedad equivocado.

Hay varias cosas que sorprenden en esta novela. Lo primero es la ortografía, puesto que no hay mayúsculas ni tras los puntos ni en los nombres propios. Lo segundo es que cuesta imaginarse que en 1975 Austria fuese el país que refleja la trama. Los malos tratos familiares parecen ser la norma y estar a la orden del día, con palizas a diestro y siniestro para canalizar la frustración. De maridos a esposas, de padres a hijos, de madres a hijos, los hermanos/as mayores a hermanos/as menores. Y los últimos de esta cadena terminan maltratando animales, como ocurre con Erich, el futuro marido de Paula. También el lenguaje vulgar, irrespetuoso e irreverente tiene un papel destacado. Así las mujeres "se abren de piernas como pollos" (como pollos muertos en una bandeja de poliestireno, diría yo), o usan su "chichi" para lograr sus objetivos, que vienen a ser que el hombre les meta el "rabo" y las llene de "moco pestilente", etc. Tengo que admitir que en ciertos momentos este lenguaje tan zafio me ha parecido hasta divertido.

Resumiendo, una experiencia muy agradable e interesante, diametralmente opuesta a lo que recuerdo de Deseo. En la blogosfera hay infindad de reseñas sobre Las Amantes, que van del entusiasmo (véase si no Proscritos | La revista o Letras S5) al desinterés (Demasiado que leer o Críticas Literarias Regina Irae).

2 comentarios:

Palimp dijo...

Este me ha llamadola atención, apuntado.

Cities: Moving dijo...

@Palimp: Mucho más reader friendly que Deseo

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