Tras el buen cuerpo que me quedó al terminar Delitos a largo plazo, no he podido resistirme a la segunda entrega de la trilogía: Canciones de sangre. Esta vez Arnott construye un relato super adictivo en el que alternan un policía de principios obligado ocasionalmente a perderlos por circunstancias de la vida, un periodista homosexual ligeramente sociópata y un delincuente de poca monta pero gatillo fácil.
La trama se inicia en el Soho de Londres durante el Campeonato del Mundo de Fútbol de 1966 y se prolonga hasta el segundo mandato de Margaret Thatcher a mediados de los 1980s. De nuevo y como ya pasara en su primer lanzamiento, el desarrollo de la acción está convenientemente anclado en acontecimientos histórico-políticos y el contexto socio-cultural de la época, lo que hace que la narración sea especialmente creíble. Así comprobamos que los mods se mencionan al comienzo, los skinheads/hooligans futboleros por la mitad y los hippies pacifistas y los punks anarquistas hacia el final. Además, volvemos a tener noticia de personajes que ya conocíamos de la primera novela (el gangster Harry Starks, Lord Thursby o el odioso policia corrupto George Mooney).
Resumiendo, una lectura muy entretenida, pero yo diría que flojea un poco respecto a la que inauguraba la serie. En Delitos a largo plazo había 5 historias independientes, aquí sin embargo el hilo argumental es el mismo. Quizás esto tenga algo que ver, seguramente resulta más difícil mantener alto el interés todo el tiempo en esas condiciones, porque no queda tanto espacio para la sorpresa. Ahora bien, todo lo dicho no es óbice para que esté deseando que Mondadori publique el cierre de la trilogía: Crímenes de película.
Para otras reseñas sobre este título, en primer lugar curiosamente vuelvo a recurrir a Llegir en cas d'incendi, a quien ya enlacé para dar otra visión del inicio de la saga. También en Paperblog coinciden conmigo en que el nivel ha bajado en esta novela, pero curiosamente en Linterna Mágica: Cine, Historietas y Radio piensan justo lo contrario, que este libro supera al primero y que literariamente Harry Starks fue poco más que un hype.
Pedro Juan Gutiérrez: Anclado en tierra de nadie
Hace 7 horas
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