10 ago 2021

El amigo - Sigrid Nunez

A raíz del fallecimiento de su amigo del alma, también escritor, la narradora-protagonista se enfrentará al duelo que supone su pérdida. Se hará cargo de un perro gran danés que le perteneció y creará un vínculo muy estrecho con el animal, compartiendo su dolor por la desaparción del autor de sus vidas. Y juntos harán lo posible para salir adelante y seguir viviendo sin él.

¿Novela? ¿Autoficción? ¿Un pequeño tratado sobre el amor, la muerte y el duelo, o la relación del hombre con los animales? Todo esto y más encontramos en El amigo, de Sigrid Nunez. Sea lo que sea este libro, no se puede negar que es muy emotivo sin entrar en el terreno facilón del dolor, la pena y la tristeza que provoca la muerte de alguien a quien queremos.

Además de escritora, la protagonista es profesora de escritura creativa en alguna universidad. Tan pronto nos habla de su amigo fallecido, como de sus engreídos alumnos, pasando por citas literarias de autores reconocidos, nuestros vínculos con otras especies animales, o nos hace llegar sus reflexiones personales sobre cualquiera de estos asuntos. La narración es cualquier cosa menos aburrida. En un momento dado el perro se vuelve el centro de su día a día. La observación de su estado de ánimo la lleva a plantearse el tratamiento que los seres humanos damos a los animales. Aunque se notan las buenas intenciones de Nunez al denunciar la crueldad y los abusos a que los sometemos, el libro dista mucho de ser un alegato animalista. Salvo para señalar puntualmente torturas injustificables desde ningún punto de vista, la autora se centra exclusivamente en los animales de compañía, a los cuales las convenciones sociales otorgan algo de más respeto. En ningún momento va más alla para criticar la explotación de los animales de granja criados como alimento humano, el uso de animales como entretenimiento o espectáculos, etc. En ese sentido su crítica no es que cojee, sino que resulta patética ya que permitirá reforzar los valores carnistas occidentales mediante los cuales nuestros gatos y perros son parte de nuestra familia, sin que se llegue a sugerir siquiera que los cerdos o las vacas tienen la misma capacidad de sufrir y disfrutar que ellos, exigiendo así la reevaluación de nuestra relación con el resto del reino animal.

No quiero decir con ello que el libro no me haya gustado. Todo lo contrario, está muy bien aunque tengo que reconocer que los cambios de narrador en tercera persona a segunda (cuando se dirige a su amigo muerto), me han resultado confusos en algunos momentos. El principal problema que le veo, que no es trivial en absoluto, es que su intención didáctica y de provocar la reflexión en torno al tratamiento que damos a los animales es muy, muy pobre.

13 comentarios:

Oscar Pons dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Renato Siaskel dijo...

Yo sí sé porque este blog está entre mis páginas favoritas de internet:
- Por la irreductible honestidad de su autor.
- Por su vocación de minoría, ajena a cualquier atisbo de concesión al aplauso fácil.
- Por la alta calidad de sus reseñas, con las que no estoy siempre de acuerdo, pero que invariablemente invitan a la reflexión.
Aprovecho de agradecer a Cities por su infatigable y, al menos para mí, valiosísima labor. Aunque no tengo el placer de conocerlo personalmente, soy de Chile, lo considero un amigo con quien suelo conversar de literatura.

Oscar Pons dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
abc dijo...

De ti pasamos todos.

Oscar Pons dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Oscar Pons dijo...

Si me lo permitís, pido disculpas a todos los seguidores del blog, y sobre todo a su autor. No he sido justo con ninguno, y el hecho de que tuviese una fase tan negativa no es óbice para tanto exabrupto. Lo dicho, ¡mil perdones a todos!

Cities: Moving dijo...

¡No os puedo dejar solos! Me voy unos días de vacaciones y mirad la que se ha armado, ¡el Belén! ¡La de Dios es Cristo! ¡¡¡El acabose!!!

Ahora en serio: @Oscar Pons: Disculpas más que aceptadas. Desde el primer momento sospeché que detrás de tu exabrupto incial tenía que haber algo más que una reseña que no encajaba en tus gustos o con cuyo contenido no estabas de acuerdo. Y que es no podemos perder las perspectiva: este blog no tiene ningún ánimo de profesionalidad y si escribo en él es simplemente para pasar el rato y porque me divierte. Me encanta ofrecer un punto de vista poco convencional sobre mis lecturas y estoy seguro no gustará a todo el mundo, pero es obvio que para eso escribo en él, para dar mi opinión personal que quizás pueda ayudar a abrir las mentes a otras formas de ver las cosas. Así que al leer tu comentario no le di ninguna importancia. Gracias por tus disculpas y pásate por aquí siempre que te apetezca. @Renato Siaskel & @abc: Muchas gracias por vuestros comentarios y por vuestro apoyo, no solo hoy, sino cada vez que enriquecéis los posts con vuestros comentarios. Es un auténtico placer saber que mis opiniones llegan a todos vosotros y que sirven para entreteneros y/o ampliar vuestras miras.

joguart dijo...

Yo también he estado de vacaciones y no me he enterado de la polémica por aquí, pero justamente me llevé este libro por tu reseña. A mi me ha encantado y espero leer a esta autora en más ocasiones. Aparte de los temas que has mencionado, me ha parecido muy interesante (y contada de una forma tristemente divertida, que es el tono general del libro) cómo es la vivencia que tiene un escritor de las críticas que se le hacen a su obra. Resumiendo un poco viene a decir que el lector pretende que el autor del libro satisfaga los gustos y opiniones del lector de turno, cosa evidente y estadísticamente imposible.

En ese sentido, creo que te contesta a la crítica que le has hecho sobre el maltrato animal. Es cierto que casi en exclusiva habla sobre sus mascotas, pero sus reflexiones pueden ser aplicables a toda relación que tengamos con ellos. Puede que no haya profundizado en muchos aspectos (es cierto que, como dices, su utilización como alimento no recuerdo que lo toque), pero supongo que otros lectores la criticarán por no profundizar en el suicidio, las relaciones profesor-alumno o la poesía de Rilke, por nombrar algunos de los temas que también toca.

Vamos, que a mi lo que más me ha llamado la atención es su visión tan desesperanzada del oficio de escritor.

Como siempre, muchas gracias por el blog.

abc dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
el convincente gon dijo...

Este comentario no ha sido ni será eliminado por el autor.

Porque no hay derecho a que uno llegue tarde a la polémica y la mitad de los comentarios ya estén borrados. ¡Vamos, hombre!

Cities: Moving dijo...

@el convincente gon: Yo aplicaría a los comentarios la máxima de los juegos de naipes: "carta en mesa, presa". Da más juego, pero por desgracia no depende de mí.

condonumbilical dijo...

Dices "El principal problema que le veo, que no es trivial en absoluto, es que su intención didáctica y de provocar la reflexión en torno al tratamiento que damos a los animales es muy, muy pobre."

El tema central del libro no es el tratamiento que damos a los animales. Creo que la gracia está en el tejido que forma entre las diferentes capas de "amigos", junto a los toques metanarrativos y autobiográficos. Siendo sincero, eso que le achacas al libro sale de un lugar muy subjetivo, creo que es una proyección personal, y por tanto, es injusta.

Un saludo.

Cities: Moving dijo...

@condonumbilical: Creo que en ningún momento he dicho que tema principal del libro sea la relación del hombre con los animales. Como mi bien dice @joguart en su comentario, todos proyectamos nuestros intereses en una lectura y nos la llevamos a nuestro terreno. En este caso es obvio que comparto todas las impresiones que la autora proyecta sobre la sintiencia de los perros, pero como soy animalista y antiespecista, no puedo evitar ver que se queda corta. Que es justamente uno de los aspectos que el animalismo trata de superar: concienciar al ser humano de que el resto de animales, en especial los que usamos como alimento, también tiene una dimensión de sentimientos que les negamos culturalmente e interesadamente, y la cual merece tanto respeto como la de los animales de compañía. Puestos a señalar injusticias en el ámbito de las reseñas, despachar todas las reflexiones de Nunez sobre nuestra relación con los animales con 'El hilo argumental del perro también resulta simpático, aportando ternura y una dimensión más mundana', como haces tú en tu blog, gana por goleada. En concreto el triunvirato simpático-ternura-mundano refleja a la perfección la indiferencia, condescendencia y superioridad con que el ser humano se relaciona con los animales. En todo caso gracias por subirlo porque gracias a él me decidí a leer este libro.

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