29 jul 2021

El mundo contra reloj - Philip K. Dick

En junio de 1986 se comprobó la veracidad de lo que hasta entonces era la teoría del campo del antitiempo o contratiempo formulada por Hobart: el tiempo en la Tierra empezó a fluir en sentido contrario, provocando entre otras cosas que los muertos volvieran a la vida. Estamos en 1998 y los vitarium son empresas que se dedican a sacar a los renacidos de los ataudes para una vez estabilizados en su proceso de rejuvenecimiento, venderlos al mejor postor (habitualmente sus familiares). Sebastián Hermes es el dueño del modesto Vitarium Flask de Hermes. Mientras su equipo ayudaba a renacer a una dama anciana en un pequeño cementerio en las afueras de Los Ángeles, se topa por casualidad con la tumba perdida del Anarca Thomas Peak, el fundador del culto Udi. Dada la magnitud que ha adquirido dicha religión en la M.N.L. (Municipalidad Negra Libre), aquel vitarium que se haga con su cuerpo renacido conseguirá una buena recompensa económica. Pero precisamente por la importancia que tiene este nuevo credo en la sociedad, hay otras muchas partes interesadas en hacerse con el hombre santo. Una de ellas es la Biblioteca de Temas Populares, una perversa, opaca y todopoderosa institución cuya labor consiste en deshacerse de todos los libros y documentos impresos a medida que el retroceso del tiempo exige que dejen de existir.

El mundo contra reloj es una de esas novelas descatalogadas de Philip K. Dick que todavía se puede encontrar a precios asequibles en Internet. Se trata de una historia tremendamente original en su plantemiento que como no podía ser de otra forma, trata los temas habituales en su obra. La perspectiva religiosa que tenía el autor norteamericano sobre el ser humano y el mundo copan la trama, repleta de elucubraciones sobre Dios tanto propias como de filósofos y teólogos de renombre (Erígena, Santo Tomás de Aquino, San Agustín, Leibniz, etc.). Por otro lado a ningún aficionado a Dick le sorprenderá que el culto de los Uditi beba de la espiritualidad New Age de los años 1960s, lográndose la comunión espiritual de todos sus adeptos mediante el uso de drogas psicotrópicas en actos colectivos multitudinarios. Lo que sí se sale fuera de lo habitual es el factor sociocultural que se imprime al Udi: la mayoría de sus seguidores son de raza negra. De hecho es la religión oficiosa de la M.N.L. una suerte de escisión de los EE.UU. actuales que coexiste con los Estados Unidos del Oeste, que es donde transcurre la acción. Los seguidores del Udi no dudan emplear la violencia para conseguir sus objetivos a través de un grupúsculo denominado Los Engendros del Poder, cuya actitud y métodos se relacionan en numerosas ocasiones con las del activista Malcolm X.

La acción me ha parecido muy bien urdida a pesar de que se caracteriza por ese fragor tan propio de sus novelas, mezclando sin tapujos simulacros con robots embriónicos, bombas de LSD, vehículos voladores, luchas de poder entre grandes organizaciones supragubernamentales y subtramas amorosas en las que las mujeres no salen nada bien paradas, otra marca de la casa. La que no es fría, manipuladora e insensible es sumisa y dócil hasta el aburrimiento. Mención aparte merecen los elementos de humor, que tienden a lo escatológico debido a la Fase Hobart y la flecha inversa del tiempo que esta anomalía provoca: desde las colillas que se fuman dejando el ambiente limpio de humo (generando cigarrillos que acto seguido se guardan en los paquetes de tabaco), hasta las regurgitaciones de la comida (una vez en el plato se devuelven al frigorífico), o el sogum, una misteriosa sustancia que ha sustituido a los alimentos pero cuya forma de administración es bastante distinta.

La novela es bastante cruda y tiene un tono muy deprimente, ya que transmite que el individuo nada puede hacer contra los poderes fácticos que rigen el mundo. Hay un alto número de asesinatos y como lectura final solo cabe apreciar que no queda más opción que la resignación ante la inevitabilidad de un destino contra el que resulta inútil luchar. Está calificada de obra menor en su producción, lo cual no quita que sea tremendamente entretenida y realice críticas contundentes al mundo en que vivimos.

1 comentarios:

Escritor anubarrado dijo...

La tengo pendiente junto a ¿sueñan los androides con ovejas eléctricas? Del mismo autor.
El próximo mes en el reto de lectura que realizo toca "una novela sci-fi" para lo que tambien tenía en mente el hombre invisible, de H.G. Wells (autor que recomiendo leer) ya veremos cual elijo al final. Excelente reseña.

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