Se me avecinan unos cuantos meses de mucho trabajo, a los cuales tengo que sumar pequeñas molestias personales inesperadas. El resultado, como ya bien estáis comprobando, es que estoy prestando cero atención al blog. Sigo leyendo en los ratos que me quedan libres siempre y cuando tenga fuerzas para sostener el libro o el Kindle. Pero por más que me propongo escribir una reseña se me hace muy cuesta arriba. Así que por no dejar Das Bücherregal abandonado a su suerte y mantener el hábito de escribir algo, durante los próximos meses iré haciendo resúmenes muy breves y muy generales de lo que voy leyendo. Desde Todos nuestros ayeres a finales de marzo han caído:
Los pazos de Ulloa, de Emilia Pardo Bazán. Me lo bajé gratis desde Amazon, que tiene muchos clásicos disponibles por 0,00€. Un dramón terriblemente decimonócico y pesado a más no poder. Si quitamos paja y relleno (la sociedad de la época, hechos históricos, descripciones de campo y ciudad, etc), la trama puramente dicha se puede meter en un tercio del total. Que además no es unas castañuelas precisamente, pero eso no tiene por qué ser malo, solo que en este caso tampoco anima a continuar la lectura. La escritora gallega tiene una prosa intachable, eso no lo voy a negar, pero llenar páginas y más páginas solo por exhibir sus habilidades lastra la lectura. Los años que han pasado desde que la publicó se notan en la multitud de arcaísmos que pueblan el texto. Galicia está omnipresente, tanto en léxico como en particularidades sintácticas propias de la variedad dialectal del castellano que allí se habla. Pero ojo que la cosa no se queda aquí...
La madre naturaleza, también de Emilia Pardo Bazán. Ya puestos con esta escritora me bajé la continuación de 'Los pazos de Ulloa' desde Amazon por otros 0,00€. Es un poco más alegre por aquello de que la juventud y la naturaleza son protagonistas, pero repite el esquema de la novela previa. Mucho relleno y más paja a sumar a la ya acumulada en el libro anterior. Por poner un ejemplo que me dejó a cuadros, un capítulo entero se dedica simplemente a describir un castro con todo lujo de detalles arquitectónicos e históricos. De todas formas como en esta ocasión está más centrado en costumbres populares y agrícolas y en unos rapazuelos medio asilvestrados que se están abriendo a la vida y descubriendo sus maravillas, parece que no se hace tan pesado. En todo caso con la mitad de páginas y recortando naderías se podría haber dicho lo mismo.
Amistad de juventud, de Alice Munro. Hay que ver lo bien que escribe la premio Nobel de Literatura de 2013. Diez relatos cortos que transcurren en su Canadá natal protagonizados por mujeres que experimentan los sinsabores de la vida. Bueno y algunos placeres también, pero sobre todo sinsabores. Relaciones entre madres e hijas, hemanas y hermanos, mujeres y sus esposos y/o amantes, mujeres como amigas o vecinas. Comparten un contexo espacial común (alguna ciudad de tamaño pequeño/mediano próxima a un lago y con unas minas de sal en las cercanías), pero se despliegan temporalmente a lo largo de varias décadas. Todo un placer poder leer textos breves tan llenos de mensaje e intención. Especialmente después del empacho de Emilia Pardo Bazán que me he dado.
Y seguramente esto es todo por este mes. Por aquello de la brevedad, mientras duren estos burdos resúmenes de lecturas, no voy a enlazar a otros blogs para que leáis otras opiniones.
Trilogia de la Terra Fragmentada - N.K. Jemisin
Hace 56 minutos
2 comentarios:
Si que ha envejecido mal Pardo Bazán, sobre todo si se compara con Clarín. Puede que La Regenta merezca también un expurgo, a muchas novelas del XIX les pasa (todavía me acuerdo de la parte sobre Waterloo de Los Miserables), pero queda una historia potente, estremecedora.
En cuanto a "Amistad de juventud", es uno de los mejores libros de relatos que he leído. Genial.
Ánimo con ese alud.
@Varado en la llanura: Con Pardo Bazán me doy por satisfecho para los próximos 10 años como mínimo. Pero con Alice Munro repetiré mucho antes, lo tengo muy claro. Gracias por tu comentario y por los ánimos, que falta me hacen.
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