Publicada en 1973, Madrid, Costa Fleming es una novela coral que muestra una instantánea de la sociedad española urbana del tardofranquismo. Para ello Ángel Palomino nos acerca a los residentes del recién inaugurado «Edificio Zivago», un bloque de viviendas de alto standing situado en uno de los barrios de mayor nivel socioeconómico de la capital de España de aquel entonces. Localizada entre el estadio Santiago Bernabeu y Plaza de Castilla, a la derecha del Paseo de la Castellana (Avenida del Generalísimo en aquel momento), esta zona estaba en pleno desarrollo urbanístico en esos años, siendo su centro neurálgico la calle Dr. Fleming. Como bien titula el libro, este ensanche se vino a conocer popularmente como Costa Fleming y se convirtió en uno de los principales centros de ocio del Madrid de los 1970s. Por desgracia la Costa Fleming se caracterizó por la abundancia de de bares de alterne donde se fomentaba la prostitución. Estas whiskerías, término que hoy día suena muy desfasado, se nutrían de los tecnócratas y empresarios surgidos a finales del desarrollismo que caracteriza la última fase del franquismo.
Palomino usa varios elementos para generar el conflicto en la trama y componer una historia que me ha sorprendido de manera muy positiva. El primero y más obvio es la prostitución, que de una manera u otra se adueña de casi todos los apartamentos del edificio. Esta actividad no regulada le complica la vida a los pocos residentes que no se dedican a ella, sacados de entre lo más tradicional y conservador del Madrid de los setenta. También nos da a conocer los tejemanejes de la constructora del Zivago, integrada por arquetipos de la nueva clase empresarial surgida del desarrollismo. Aquí desde luego el autor lo clavó, pues asistimos a un precoz show de especulación urbanística que con los años se ha convertido en habitual en nuestro país (seguramente peco de ingenuo y venía ya de antiguo). Hay más subtramas sobre delicuencia internacional, relaciones prematrimoniales, madres solteras, hippies, progres, maricas y curas amancebados, las cuales terminan de construir un mosaico de una sociedad que se ve abocada a la modernidad. Palomino resulta muy habilidoso y ambiguo en la redacción del texto, de tal forma que no llegamos a saber si es partidario de este cambio (quizás por el progreso económico asociado al mismo), o simplemente lo acepta como signo de los tiempos que le tocaron vivir. Lo cierto es que el escritor es muy respetuoso con todos los personajes independientemente de su pelaje, algo que es de agradecer si tenemos en cuenta que la mitad pertenecía bien a grupos perseguidos, bien a colectivos criminalizados.
Envía un libro a una reclusa.
Hace 4 horas
9 comentarios:
Vi muchas veces este libros en las tiendas de viejo por un euro, y nunca me llamó la atención, pero ahora viendo tu crítica quizás le de una oportunidad.
@Lector anónimo. En efecto es todo un clásico de las librerías de segunda mano. La Costa Fleming era un tema habitual del fanzine Mondo Brutto hace algunos años, durante los cuales fui un lector incondicional del mismo, así que cuando vi el libro en una de mis habituales incursiones en Re-Read no me lo pensé ni un segundo. Espero que te guste si te animas a comprarlo, a mi me ha parecido bastente entretenido y de alto valor documental para valorar la sociedad española de los 1970s. Un saludo y gracias por comentar.
Le he encontrado tirado junto a un contenedor. Lo he cogido sin dudarlo porque me deshonroso ese final
@Ramón: ¡Muy bien por ese rescate/adopción! Ahora solo queda esperar que te guste. Gracias por pasarte por aquí y comentar.
La tal costa Flemming nacio mucho antes de lo que se cuenta aqui,nacio con la base conjonta hispanoamericana de torrejon,y la llegada de los militares Usa,por cierto,no marines,como se empeñan algunos.Bares discos y prostitutas.Flemming,por los antibioticos q necesitaban los parroquianos,se decia con chufla castiza.
@Criticordio Gracias por el apunte y por pasarte y comentar.
Exacto .Yo conozco gente que vive en la calle Dr Flemig desde año 67 y 68 y ya existía todo el tema de prostitución de muy alto nivel .Me han contado los tremendos cochazos aparcados a lo largo de esa calle y las señoritas que iban elegantisimas y perfectas de arriba a abajo .Se movía muchísimo dinero y el tema de la vivienda en esa zona era ya pura especulación con alquileres muy elevados ..Hpy quedan algunos lugares de aquellos años como Alfredos Barbacoa, el León rojo que es un bar para tomar algo y jugar a los dardos y ya un poco más arriba en Felix Boix pués la hamburguesería que se abrió en 1968 y está llena de fotos de actores, firmas grafiti y hasta una moto original de aquellos años .Saludos .
Tomado del hospital de donde acudo a consultas.Tiene una pegatina que dice " tómalo, léelo y liberalo donde quieras." Lo escogí entre varios y lo leeré ,pero no
prometo liberarlo.
Por cierto , muchos bares de muy distintos ambientes frecuente en aquello años...barras de bar vertederos de amor, os enseñe mi trocito peor...como dice la canción.
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