Eduard Limónov escribió nueve libros en los dos años que pasó en prisión mientras cumplía condena acusado de terrorismo. El libro de las aguas fue uno de los primeros que terminó entre rejas y recoge una serie de recuerdos biográficos que siempre guardan relación con el agua. De hecho los contenidos se dividen según la forma en que se presenta el líquido elemento y nos trae un total de ocho bloques para agrupar sus memorias en torno a mares, ríos, fuentes, lagos y estanques, saunas y baños, etc. El germen de esta idea se encuentra una extravagante promesa que se hizo el autor ruso en 1972: bañarse en toda aquella extensión de agua que encontrara en su camino.
Es necesario dar cuenta del contexto carcelario en que se gestó este tomo para entender a qué nos enfrentamos. Limónov fundó y fue líder del NBP, un partído de ideología nacional-bolchevique, hasta su disolución en 2010. Su gran implicación en los aspectos políticos derivados de la disolución de la antigua Unión Soviética le llevaron a participar en un buen número de contiendas en los países del ámbito de influencia de la antigua URSS. A nadie debería extrañar por tanto que la mayoría de los recuerdos que vuelca en este libro, escrito durante su reclusión en la cárcel a consecuencia de ese activismo, tengan una carga política incuestionable y además, glorifiquen la guerra como una característica esencial que define a nuestra especie. El autor ruso asocia la virilidad a valores como la camaradería, el coraje o la osadía que considera imprescindibles para tomar parte en un conflicto armado. Como es de esperar, esta visión tan tóxica de la masculinidad va regada con hectolitros de alcohol, festejada con toneladas de carne a la brasa y acompañada de continuas hazañas sexuales. Toda esta introducción parece llamar al rechazo, sin embargo no tengo ningún problema en reconocer que el libro me ha resultado una auténtica maravilla.
A pesar de su ideario reaccionario y del transfondo totalitario de sus opiniones políticas, Limónov escribe con auténtico entusiasmo. Sus textos son capaces de transmitir pasión por la vida y convencimiento para lograr unos objetivos como pocas veces he visto. Se nota a la legua que esa pasión y convicción, sean compartidas o no por el lector, son reales y salen del estómago más que de una estúpida charla motivacional que nos invita a seguir creciendo como personas y afrontando retos (con la intención última de que trabajemos más tiempo por menos dinero, claro está). La inmediatez y la intensidad de su prosa tienen un tono celiniano innegable que resulta todavía más evidente cuando incluye algún improperio barriobajero a destiempo. Como por ejemplo después de haber estado párrafos y párrafos rememorando sus penurias amorosas en París, Moscú o Nueva York. Por otro lado sus fantasías megalómanas, por más que a veces puedan parecer patológicas, dan muchísimo juego a nivel literario y hacen que todo lo que narra sea una aventura apasionante, entretenidísima.
De todas formas creo que hay algo de farsa y de impostura en estos recuerdos que se nos presentan como biográficos. Por las razones que sean, la persona que se nos da a conocer en este volumen sólo coincide en parte con el auténtico Limónov. Al fin y al cabo en Soy yo, Édichka, no tenía inconveniente en hablarnos sobre sus experiencias homosexuales durante su estancia en la Gran Manzana, algo que no encaja con el retrato de macho-man que hace aquí de sí mismo. También me parece recordar que en la semblanza que Emmanuel Carrère hizo de él en Limónov, el francés comentaba que precisamente durante su estancia en prisión nuestro hombre se hizo vegetariano, derrumbando así el mito que asocia la masculinidad con el consumo de carne. Y por mucho que nos veamos obligados a leer numerosas gracietas machistas, demuestra gran sensibilidad y respeto hacia todas las mujeres que fueron sus parejas. En definitiva tengo razones para sospechar que hemos de tomarnos el libro como una biografía ficcionada cuya intención última es aumentar su propia leyenda más que darnos una imagen fidedigna de su persona. Puede que no terminemos de conectar con lo que dice, pero lo hace con tanto arte que será difícil que no nos rindamos ante él.
30 may 2020
27 may 2020
El precio de la amistad - Kjell Askildsen
Lo sabía desde septiembre de 2013, que fue cuando leí la recopilación de Cuentos de este autor publicada por Lengua de trapo: a Kjell Askildsen no le convence casi nada de lo que escribe, así que supongo que ese es uno de los motivos por que publique tan poco. Visto lo visto, cuando me enteré de que había aparecido El precio de la amistad me fui a por él de cabeza. Solo para comprobar que los doce relatos cortos que contiene apenas ocupan setenta páginas. Y si el libro alcanza poco más de noventa es por un epílogo donde se resumen brevemente las características de su obra. Tengo fanzines de fotografía encuadernados con grapas que tienen más palabra escrita que este tomito. La cuestión aquí no es que no me haya gustado. Al contrario, me ha encantado. La frustración viene a que me ha sabido a tan, tan poco que me parece escandaloso. Injusto.
Me he topado de nuevo con los temas que ya disfruté hace unos años. El hastío de la vida en familia, del matrimonio; la soledad y la vejez; la extrañeza que surge del alejamiento; los silencios como respuesta; las interpretaciones tan dispares, y por lo general irreconciliables, que personas diferentes hacen de un mismo hecho; la indiferencia y el distanciamiento de los demás. Todo dicho con muy pocas frases. Las imprescindibles nada más. Una auténtica maravilla; devastador, tan revelador de cómo somos los seres humanos. Nos enfrentamos a cada poco a miles y miles de libros rebosantes de palabras que en realidad no dicen nada, y para alguien que tiene algo que contarnos tenemos que conformarnos con setenta páginas. ¿Por qué?
Me he topado de nuevo con los temas que ya disfruté hace unos años. El hastío de la vida en familia, del matrimonio; la soledad y la vejez; la extrañeza que surge del alejamiento; los silencios como respuesta; las interpretaciones tan dispares, y por lo general irreconciliables, que personas diferentes hacen de un mismo hecho; la indiferencia y el distanciamiento de los demás. Todo dicho con muy pocas frases. Las imprescindibles nada más. Una auténtica maravilla; devastador, tan revelador de cómo somos los seres humanos. Nos enfrentamos a cada poco a miles y miles de libros rebosantes de palabras que en realidad no dicen nada, y para alguien que tiene algo que contarnos tenemos que conformarnos con setenta páginas. ¿Por qué?
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Relatos cortos
24 may 2020
Lo raro y lo espeluznante - Mark Fisher
En Lo raro y lo espeluznante, Mark Fisher hace un breve recorrido por diferentes productos culturales que se caracterizan por trabajar estas dos ideas dentro de un marco que, por lo general, se encuadra en el género fantástico. Pero para empezar, creo que es recomendable citar al propio autor para que sepampos de qué estamos hablando exactamente (las cursivas son del texto):
A pesar de tratarse de un ensayo y de estar escrito con el rigor que dicho género exige, es un libro es bastante fácil de leer. El lenguaje usado es accesible la mayoría del tiempo, aunque de cuando en cuando hay párrafos más densos con términos de uso muy restringido a la filosofía y la psicología (alteridad, subjetividad, etc.). Respecto a la selección de obras para profundizar en los dos conceptos de interés, he de señalar que resulta más sencillo seguir los razonamientos y explicaciones cuando estás familiarizado con ellas. A nadie sorprenderá que lo raro y lo espeluznante sean dos conceptos que gustan mucho en este blog, y a decir verdad conozco a muchos de los autores y directores elegidos por Fisher. En esos casos he disfrutado más de los análisis. En los demás, pues no tanto. En concreto los casos de The Fall y Eno me parecen un poco cogidos con alfileres, quizás por mi desconocimiento de las atmósferas que supuestamente evoca su música. Con todo y eso, como gran aficionado a la ciencia-ficción, el terror y lo fántástico, me ha parecido una lectura muy, muy interesante ya que me ha aclarado la razón última del atractivo especial que tienen para mí ciertos ejemplos de cine y literatura encuadrados en estos géneros.
[...] lo raro se constituye por una presencia -la presencia de lo que no encaja-. Lo raro, en algunos casos [...] viene marcado por una presencia exorbitante, algo que rebosa y sobrepasa nuestra capacidad de representación. En cambio, lo espeluznante, se constituye por una falta de ausencia o por una falta de presencia. La sensación de lo espeluznante surge si hay una presencia cuando no debería haber nada, o si no hay una presencia cuando debería haber algo."Así pues, Fisher toma novelas, relatos cortos, películas e incluso a grupos de pop y compositores contemporáneaos para darnos ejemplos de cómo representa lo raro y lo espeluznante cada uno de ellos. Como decía justo al empezar el post, prácticamente todos se engloban dentro del terror, la ciencia-ficción y en general, lo fántástico. No resulta extraño entonces que para aproximarnos a lo raro se fije en aspectos de la obra Lovecraft, Philip K. Dick, o David Lynch, un relato corto de H.G. Wells, la única película de ciencia-ficción de Reiner Werner Fassbinder (El mundo conectado, 1973), junto con algunos otros escritores y cineastas cuyas obras muestran paralelismos con las de éstos. Mención especial en este primer bloque merece el grupo post-punk The Fall, al cual el autor dedica un capítulo. El planteamiento para revisar lo espeluznante es el mismo. Entre otras se repasan obras de Daphne du Maurier, Christopher Priest, Brian Eno (el representante musical en esta sección), Margaret Atwood, Christopher Nolan, Stanley Kubrik o Andréi Tarkovski, este último especialmente recordado por los animalistas de todo el mundo debido a los pocos escrúpulos que demostraba a la hora de maltratar y matar animales durante los rodajes de sus films. Todo en nombre del arte, ¡faltaría más!
A pesar de tratarse de un ensayo y de estar escrito con el rigor que dicho género exige, es un libro es bastante fácil de leer. El lenguaje usado es accesible la mayoría del tiempo, aunque de cuando en cuando hay párrafos más densos con términos de uso muy restringido a la filosofía y la psicología (alteridad, subjetividad, etc.). Respecto a la selección de obras para profundizar en los dos conceptos de interés, he de señalar que resulta más sencillo seguir los razonamientos y explicaciones cuando estás familiarizado con ellas. A nadie sorprenderá que lo raro y lo espeluznante sean dos conceptos que gustan mucho en este blog, y a decir verdad conozco a muchos de los autores y directores elegidos por Fisher. En esos casos he disfrutado más de los análisis. En los demás, pues no tanto. En concreto los casos de The Fall y Eno me parecen un poco cogidos con alfileres, quizás por mi desconocimiento de las atmósferas que supuestamente evoca su música. Con todo y eso, como gran aficionado a la ciencia-ficción, el terror y lo fántástico, me ha parecido una lectura muy, muy interesante ya que me ha aclarado la razón última del atractivo especial que tienen para mí ciertos ejemplos de cine y literatura encuadrados en estos géneros.
20 may 2020
Super-Cannes - James G. Ballard
En lo que oficialmente se declaró un "acceso de locura", David Greenwood mató a tiros a varios altos cargos de algunas de las multinacionales que tienen sede en Eden-Olympia. El suceso terminó con el suicidio del que hasta entonces era el pediatra de la clínica privada adscrita a dicho centro de negocios. Paul Sinclair se trasladará a ese parque empresarial puntero con su esposa, Jane, ya que ella ha conseguido el puesto de David, su antiguo amigo y colega en un hospital de Londres. Jane entra de lleno en la dinámica laboral, con jornadas que se alargan más allá de las doce horas. Sin embargo su marido, que está convaleciente y ocioso tras un accidente mientras pilotaba su avioneta, empieza a interesarse por el caso Greenwood, a quien todo el mundo definía como un gran profesional, muy comprometido además en varias causas altruistas. Será el psiquiatra del la clínica, Wilder Penrose, quien a través de sus innovadores e inusuales programas de manejo del estrés para grandes ejecutivos, ponga a nuestro hombre sobre la pista de lo que está ocurriendo de verdad en Eden-Olympia.
Se me van acabando los Ballards que leer, más que nada porque todas las obras de las cuales aún no he podido dar cuenta están descatalogadas y suelen alcanzar precios exorbitantes en el mercado de segunda mano. Por suerte no es el caso de Super-Cannes, que todavía es posible encontrar por menos de 20€ (gastos de envío incluídos; doy fe de ello). Estamos ante una novela de la última etapa del autor británico, en la cual los elementos de ciencia-ficción que le hicieron tan popular han desaparecido. El interés en su producción más tardía se desplazó hacia el análisis sociológico de diferentes aspectos del mundo en que vivimos, acerca de los cuales realiza unos certeros estudios que por desgracia proponen visiones muy pesimistas de realidad que está por venir a muy corto plazo. Si en Noches de cocaína se ficcionaba sobre la sociedad del ocio, en esta ocasión se pone en la picota el mundo empresarial de las grandes multinacionales, empeñadas en transformar a sus empleados en mártires de unas culturas corporativas que elevan el trabajo a la categoría de nueva divinidad. La conexión entre ambas novelas es bastante clara, pues para empezar el planteamiento de la trama es muy, muy similar. Pero si en aquélla la evolución hacia la violencia y el crimen me parecía muy forzada, en ésta por el contrario creo que encaja a la perfección. Pocas cosas parecen más convenientes para desahogar el estrés laboral en un grupo de ejecutivos asquerosamente ricos y poderosos que el sexo más depravado y apalizar a los más débiles de la sociedad.
La descripción del mundo empresarial y las grandes corporaciones que hace Ballard resulta demoledora. La soledad y el aislamiento que conllevan las interminables jornadas laborales; la desubicacion constante debido a los frecuentes viajes en avión; el vacío existencial de los centros empresariales, que muestran las características de otro no-lugar más; los protocolos de seguirdad y control que se implantan en los mismos; todo ello evoca un paisaje típicamente ballardiano que por su cercanía a la realidad, resulta mucho más estremecedor que los que le dieron fama en sus obras de los 1960s-1970s. Y como no podía ser de otra forma, la prosa del británco es densa, asfixiante, certera. Sus frases cargadas de intención y metáforas desasosegantes delinean un presente no muy distanciado de una distopía tecnológica. Y en este caso en particular, el cierre, a pesar de que se ve venir a la legua, resulta especialmente adecuado y terriblemente hermoso por descorazonador.
Se me van acabando los Ballards que leer, más que nada porque todas las obras de las cuales aún no he podido dar cuenta están descatalogadas y suelen alcanzar precios exorbitantes en el mercado de segunda mano. Por suerte no es el caso de Super-Cannes, que todavía es posible encontrar por menos de 20€ (gastos de envío incluídos; doy fe de ello). Estamos ante una novela de la última etapa del autor británico, en la cual los elementos de ciencia-ficción que le hicieron tan popular han desaparecido. El interés en su producción más tardía se desplazó hacia el análisis sociológico de diferentes aspectos del mundo en que vivimos, acerca de los cuales realiza unos certeros estudios que por desgracia proponen visiones muy pesimistas de realidad que está por venir a muy corto plazo. Si en Noches de cocaína se ficcionaba sobre la sociedad del ocio, en esta ocasión se pone en la picota el mundo empresarial de las grandes multinacionales, empeñadas en transformar a sus empleados en mártires de unas culturas corporativas que elevan el trabajo a la categoría de nueva divinidad. La conexión entre ambas novelas es bastante clara, pues para empezar el planteamiento de la trama es muy, muy similar. Pero si en aquélla la evolución hacia la violencia y el crimen me parecía muy forzada, en ésta por el contrario creo que encaja a la perfección. Pocas cosas parecen más convenientes para desahogar el estrés laboral en un grupo de ejecutivos asquerosamente ricos y poderosos que el sexo más depravado y apalizar a los más débiles de la sociedad.
La descripción del mundo empresarial y las grandes corporaciones que hace Ballard resulta demoledora. La soledad y el aislamiento que conllevan las interminables jornadas laborales; la desubicacion constante debido a los frecuentes viajes en avión; el vacío existencial de los centros empresariales, que muestran las características de otro no-lugar más; los protocolos de seguirdad y control que se implantan en los mismos; todo ello evoca un paisaje típicamente ballardiano que por su cercanía a la realidad, resulta mucho más estremecedor que los que le dieron fama en sus obras de los 1960s-1970s. Y como no podía ser de otra forma, la prosa del británco es densa, asfixiante, certera. Sus frases cargadas de intención y metáforas desasosegantes delinean un presente no muy distanciado de una distopía tecnológica. Y en este caso en particular, el cierre, a pesar de que se ve venir a la legua, resulta especialmente adecuado y terriblemente hermoso por descorazonador.
16 may 2020
El conformista - Alberto Moravia
Desde niño, Marcello Clerici se ha sentido irresistiblemente atraído por la violencia. Tras unas tímidas experiencias destrozando el jardín familiar y matando animales (lagartijas primero y un gato poco despúes), es consciente de que sus inclinaciones lo sitúan fuera de la normalidad. Decide por tanto reprimirlas y buscar desesperadamente pertenecer al grupo y no significarse, haciendo todo lo que la sociedad espera de él. Pero siendo ya adulto y desempeñando sus labores de funcionario del régimen fascista de Mussolini, se verá enfrentado a otras formas de lo no convencional que sin ser como la suya, le harán cuestionarse todas las decisiones que ha tomado y que le han llevado a ser quién es.
El conformista es una novela de marcado corte filosófico y ensayístico. A través de su protagonista Alberto Moravia plasma las contradicciones del hombre moderno, que por un lado es integrante de una sociedad pero por otro también tiene sus propios intereses como individuo. El autor italiano fuerza el conflicto entre los dos aspectos al elegir un individuo que se encuentra totalmente fuera de la norma. Marcello no solo muestra rasgos psicopáticos sino que además, procede de una familia disfuncional: la diferencia de edad entre sus progenitores provoca constantes peleas en el matrimonio, el padre tiene algún trastorno mental y termina ingresando en un manicomio, la madre es frívola y desafecta. Además, de niño sufre acoso de sus compañeros de escuela por su aspecto débil, delicado y femenino. Incluso acaba siendo víctima de un pederasta, episodio que será el detonante de su obcecación por la normalidad. Podría parecer que Moravia fuerza la máquina con este planteamiento, pero no es así para nada. La naturalidad con que se desarrolla la trama le permite ir haciéndonos ver que esa insistencia en ser normal se sale completamente de los parámetros que la realidad muestra a poco que rasques la superficie. Es impresionante advertir cómo Clerici se va enfrentando a situaciones y personas cada vez más al margen de su tan ansiada normalidad a medida que pasan las páginas.
La prosa de Moravia acerca el registro de la novela al de un ensayo. Abundan los párrafos de gran extensión donde el escritor italiano desarrolla sus ideas con la profundidad y precisión propias de ese tipo de texto. Sin embargo al hacerlos girar en torno al caso particular de Marcello, resultan mucho más ligeros que en una obra puramente ensayística, que probablemente nos harían adentrarnos en los eriales de abstracción tan habituales en ellas. En definitiva mi toma de contacto con la obra de Moravia no podría haber sido mejor. No obstante me ha parecido que el final no está a la altura del resto, y además tiene un tufo moralizante que nunca hubiera esperado. Sin embargo no empaña la buenísima impresión que me ha causado libro. Además tengo un tomo doble de RBA que incluye también La campesina, así que este autor volverá a este blog pronto.
El conformista es una novela de marcado corte filosófico y ensayístico. A través de su protagonista Alberto Moravia plasma las contradicciones del hombre moderno, que por un lado es integrante de una sociedad pero por otro también tiene sus propios intereses como individuo. El autor italiano fuerza el conflicto entre los dos aspectos al elegir un individuo que se encuentra totalmente fuera de la norma. Marcello no solo muestra rasgos psicopáticos sino que además, procede de una familia disfuncional: la diferencia de edad entre sus progenitores provoca constantes peleas en el matrimonio, el padre tiene algún trastorno mental y termina ingresando en un manicomio, la madre es frívola y desafecta. Además, de niño sufre acoso de sus compañeros de escuela por su aspecto débil, delicado y femenino. Incluso acaba siendo víctima de un pederasta, episodio que será el detonante de su obcecación por la normalidad. Podría parecer que Moravia fuerza la máquina con este planteamiento, pero no es así para nada. La naturalidad con que se desarrolla la trama le permite ir haciéndonos ver que esa insistencia en ser normal se sale completamente de los parámetros que la realidad muestra a poco que rasques la superficie. Es impresionante advertir cómo Clerici se va enfrentando a situaciones y personas cada vez más al margen de su tan ansiada normalidad a medida que pasan las páginas.
La prosa de Moravia acerca el registro de la novela al de un ensayo. Abundan los párrafos de gran extensión donde el escritor italiano desarrolla sus ideas con la profundidad y precisión propias de ese tipo de texto. Sin embargo al hacerlos girar en torno al caso particular de Marcello, resultan mucho más ligeros que en una obra puramente ensayística, que probablemente nos harían adentrarnos en los eriales de abstracción tan habituales en ellas. En definitiva mi toma de contacto con la obra de Moravia no podría haber sido mejor. No obstante me ha parecido que el final no está a la altura del resto, y además tiene un tufo moralizante que nunca hubiera esperado. Sin embargo no empaña la buenísima impresión que me ha causado libro. Además tengo un tomo doble de RBA que incluye también La campesina, así que este autor volverá a este blog pronto.
12 may 2020
Cuentos (y II). Obras Completas I - Julio Cortázar
Con esta entrada doy por finalizado el volumen Cuentos. Obras completas I de Galaxia Gutenberg/Círculo, que compila todos los relatos cortos de Julio Cortázar. Haberlo abordado en dos bloques ha tenido un efecto muy positivo en la lectura. No solo porque cuando paré momentáneamente hace poco más de un mes ya estaba un poco saturado, sino porque después de la primera tanda me han tocado en suerte varios libros bastante mediocres. Así pues, retomé este volumen con muchas ganas y con la seguiridad de que no iba a defraudarme. Y efectivamente así ha sido a pesar de que el género fantástico no se prodiga tanto entre los cinco libros de relatos que me quedaban por leer, que son:
Os dejo a continuación mis relatos preferidos de cada uno de los libros. No puedo evitar tirar hacia los de temática más próxima a lo fantástico/inexplicable/incomprensible/extraño. Mención especial merece uno de los últimos cuentos que escribió, 'Pesadillas', sin duda uno de los relatos de terror más espeluznantes que he leído nunca y que como ya he dicho más de una vez en el blog, demuestra cuál es el monstruo más terrible con que nos podemos tropezar en esta dimensión: el hombre.
De 'Todos los fuegos el fuego':
- 'Todos los fuegos el fuego' (1966)
- 'Octaedro' (1974)
- 'Alguien que anda por ahí' (1977)
- 'Queremos tanto a Glenda' (1980)
- 'Deshoras' (1982)
Os dejo a continuación mis relatos preferidos de cada uno de los libros. No puedo evitar tirar hacia los de temática más próxima a lo fantástico/inexplicable/incomprensible/extraño. Mención especial merece uno de los últimos cuentos que escribió, 'Pesadillas', sin duda uno de los relatos de terror más espeluznantes que he leído nunca y que como ya he dicho más de una vez en el blog, demuestra cuál es el monstruo más terrible con que nos podemos tropezar en esta dimensión: el hombre.
De 'Todos los fuegos el fuego':
- La autopista del sur.
- Instrucciones para John Howell.
- Todos los fuegos el fuego.
- Manuscrito hallado en un bolsillo.
- Las fases de Severo.
- Cambio de luces.
- Segunda vez.
- Queremos tanto a Glenda.
- Texto en una libreta.
- Fin de etapa.
- Satarsa.
- La escuela de noche.
- Pesadillas.
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Relatos cortos
8 may 2020
Indoctrinario - Christopher Priest
Estamos a finales de los 1980s. Elías Wentik es un bioquímico británico que trabaja para el Pentágono en un complejo secreto estadounidense situado bajo el hielo de la Antártida. Está desarrollando una droga que acelera ciertos procesos cerebrales. Un día aparecen un par de individuos que dicen trabajar para el gobierno norteamericano, quienes le piden que los acompañe a Planalto, en el Mato Grosso, Brasil, debido a cuestiones de seguridad nacional que se aclararán posteriormente. Cuando están a punto de llegar a su destino le revelarán que en esa zona existe una discontinuidad temporal unidireccional, de tal forma que traslada a doscientos años en el futuro a quienes la atraviesan sin que haya posibilidad de regresar. Una vez la haya cruzado, Wentik empezará a sospechar que su presencia en dicha época está relacionada precisamente con el trabajo que estaba desarrollando en las instalaciones del continente helado.
Christopher Priest no se lo pone muy fácil al lector en la que fue su primera novela, fechada en 1970. Dividida en tres partes, solo al final de la segunda se empiezan a aclarar todos los acontecimientos que ocurren en esa zona brasileña ubicada en el futuro, donde el protagonista ha quedado aislado junto con sus acompañantes. Nos pasaremos más de la mitad del libro siguiendo a Wentik en su exploración de la zona, experimentando su misma desubicación y angustia ante el errático y desquiciado comportamiento de quienes están atrapados con él. La extraña cárcel en desuso en que se instalan, junto con otros edificios y estructuras localizadas en sus proximidades, no harán sino aumentar su ansiedad, ya que las construcciones parecen desafiar las normas arquitectónicas más básicas.
La acción parece fruto de algún estado alterado de conciencia, un desmadre muy típicamente New Wave que el propio lector sufrirá en sus carnes a través del protagonista. Este desarrollo inconexo, opaco, plagado de hechos inexplicables y repleto de actos irracionales que guían la trama -aunque por momentos lleguemos a dudar de que exista como tal-, ayuda a crear un cierto desasosiego que por lo menos a mí, me ha resultado muy estimulante. Como adelantaba en el párrafo anterior, al final de la segunda parte se empiezan a explicar los porqués, y hay que reconocer que Priest consigue resolverlo muy coherentemente. En cierta manera hasta resulta molesto que lo haya cerrado de una forma tan brillante. No solo por haber dado sentido a lo que parecía un misterio irresoluble y que resultaba delicioso saborear, sino porque la historia tiene un final bastante amargo, que consigue dejar todavía mejor gusto en el paladar. El libro incluye una nota del autor a modo de epílogo. En ella el escritor británico nos explica que estamos ante una novela compuesta de dos relatos cortos ('The Interrogator' y 'The Maze'), que debido al interés que mostró un editor, le sirvieron de base para completar Indoctrinario.
Christopher Priest no se lo pone muy fácil al lector en la que fue su primera novela, fechada en 1970. Dividida en tres partes, solo al final de la segunda se empiezan a aclarar todos los acontecimientos que ocurren en esa zona brasileña ubicada en el futuro, donde el protagonista ha quedado aislado junto con sus acompañantes. Nos pasaremos más de la mitad del libro siguiendo a Wentik en su exploración de la zona, experimentando su misma desubicación y angustia ante el errático y desquiciado comportamiento de quienes están atrapados con él. La extraña cárcel en desuso en que se instalan, junto con otros edificios y estructuras localizadas en sus proximidades, no harán sino aumentar su ansiedad, ya que las construcciones parecen desafiar las normas arquitectónicas más básicas.
La acción parece fruto de algún estado alterado de conciencia, un desmadre muy típicamente New Wave que el propio lector sufrirá en sus carnes a través del protagonista. Este desarrollo inconexo, opaco, plagado de hechos inexplicables y repleto de actos irracionales que guían la trama -aunque por momentos lleguemos a dudar de que exista como tal-, ayuda a crear un cierto desasosiego que por lo menos a mí, me ha resultado muy estimulante. Como adelantaba en el párrafo anterior, al final de la segunda parte se empiezan a explicar los porqués, y hay que reconocer que Priest consigue resolverlo muy coherentemente. En cierta manera hasta resulta molesto que lo haya cerrado de una forma tan brillante. No solo por haber dado sentido a lo que parecía un misterio irresoluble y que resultaba delicioso saborear, sino porque la historia tiene un final bastante amargo, que consigue dejar todavía mejor gusto en el paladar. El libro incluye una nota del autor a modo de epílogo. En ella el escritor británico nos explica que estamos ante una novela compuesta de dos relatos cortos ('The Interrogator' y 'The Maze'), que debido al interés que mostró un editor, le sirvieron de base para completar Indoctrinario.
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4 may 2020
Serpiente del sueño - Vonda N. McIntyre
La Tierra. La Tierra en un futuro muy lejano, posterior a un apocalipsis nuclear. Los seres humanos organizados según modelos sociales tribales, gremiales, en pequeñas ciudades que comparten características con las de la Edad Media, o bien en extrañas fortalezas subterráneas que se mantienen selladas al exterior y que aún conservan restos de tecnología preapocalíptica. Y además estos últimos han tenido contacto con seres extraterrestres, que ya han visitado nuestro planeta en algunas ocasiones. Y en este marco conocemos a Serpiente, una curadora que como parte de su formación debe pasar un año recorriendo el planeta y poniendo en práctica sus conocimientos con pacientes reales. Para ello cuenta con la inestimable ayuda de tres serpientes, dos de origen terrestre y una de origen extraterrestre, algo que caracteriza a su comunidad de sanadores y que infunde respeto y miedo a la vez.
Hasta hace un par de semanas nunca había oído hablar de los prestigiosos talleres Clarion para escritores de ciencia-ficción y fantasía. Me enteré a través de Kameron Hurley. Pues bien, resulta que Vonda N. McIntyre fue una de las fundadoras del Clarion West, un taller que sigue el modelo del Clarion original pero impartido en otra universidad. Visto el nivel de esta escritora uno esperaría maravillas de esta novela. Quiero decir, una mindundi no se dedica a fundar talleres tan reconocidos a nivel mundial, creo yo. Además Serpiente del sueño fue galardonada con los premios Hugo y Nebula de 1979. Vaya presentación, ¿verdad? Pues nada que rascar. Me temo que estamos ante una historia de aventuras sin pies ni cabeza, con la protagonista yendo de un lado para otro y haciendo el bien sin mirar a quién. No hay conexión entre los sucesos que se van narrando y los personajes que nos presenta en cada uno de ellos. Hoy aquí, mañana allí porque lo que vine a hacer a este sitio, a donde llegué porque sí, ya está resuelto. Incorporando elementos en la trama que ni pinchan, ni cortan. Tal como entran, salen. Da la impresión de estar escrita al tuntún, añadiendo ideas sin ton ni son a medida que su creatividad desbordante las genera. Vengan a cuento o no. La verdad es que algo así no invita a solicitar la admisión en el exclusivo taller Clarion.
Admito que para gustos los colores, pero vamos, esa no es mi idea de una buena novela. Es entrentenida, no lo niego, pero totalmente insustancial a todos lo niveles. Por mencionar algunas aspectos positivos, diré que tiene pinceladas de amor y romance en muy justa medida (esto siempre es de agradecer), de fomento de la libertad sexual, de reconocimiento de las minorías, de lucha contra las injusticias, y también elementos fantásticos procedentes de esos extraterrestres que nunca llegaremos a conocer y que parafraseando a Ballard, más bien parecen un mito del futuro distante. Pero de verdad que parece una novela juvenil boba. Sin propósito alguno y muy simplona. Imagino que McIntyre que tendrá obras mejores, porque esta desde luego es una pérdida de tiempo absoluta.
Hasta hace un par de semanas nunca había oído hablar de los prestigiosos talleres Clarion para escritores de ciencia-ficción y fantasía. Me enteré a través de Kameron Hurley. Pues bien, resulta que Vonda N. McIntyre fue una de las fundadoras del Clarion West, un taller que sigue el modelo del Clarion original pero impartido en otra universidad. Visto el nivel de esta escritora uno esperaría maravillas de esta novela. Quiero decir, una mindundi no se dedica a fundar talleres tan reconocidos a nivel mundial, creo yo. Además Serpiente del sueño fue galardonada con los premios Hugo y Nebula de 1979. Vaya presentación, ¿verdad? Pues nada que rascar. Me temo que estamos ante una historia de aventuras sin pies ni cabeza, con la protagonista yendo de un lado para otro y haciendo el bien sin mirar a quién. No hay conexión entre los sucesos que se van narrando y los personajes que nos presenta en cada uno de ellos. Hoy aquí, mañana allí porque lo que vine a hacer a este sitio, a donde llegué porque sí, ya está resuelto. Incorporando elementos en la trama que ni pinchan, ni cortan. Tal como entran, salen. Da la impresión de estar escrita al tuntún, añadiendo ideas sin ton ni son a medida que su creatividad desbordante las genera. Vengan a cuento o no. La verdad es que algo así no invita a solicitar la admisión en el exclusivo taller Clarion.
Admito que para gustos los colores, pero vamos, esa no es mi idea de una buena novela. Es entrentenida, no lo niego, pero totalmente insustancial a todos lo niveles. Por mencionar algunas aspectos positivos, diré que tiene pinceladas de amor y romance en muy justa medida (esto siempre es de agradecer), de fomento de la libertad sexual, de reconocimiento de las minorías, de lucha contra las injusticias, y también elementos fantásticos procedentes de esos extraterrestres que nunca llegaremos a conocer y que parafraseando a Ballard, más bien parecen un mito del futuro distante. Pero de verdad que parece una novela juvenil boba. Sin propósito alguno y muy simplona. Imagino que McIntyre que tendrá obras mejores, porque esta desde luego es una pérdida de tiempo absoluta.
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