Un pedigrí es un librito de corte autobiográfico que hasta llegar a la mitad, página arriba, pagina abajo, resulta ser poco más que una relación inacabable de nombres y lugares relacionados con los progenitores de Patrick Modiano. Más con el padre que con la madre, porque ella es una figura bastante ausente. Actriz de segunda sin instinto maternal, se pasa las semanas y los meses desaparecida en alguna gira de teatro por cualquier lugar de Europa. Que tampoco es que su padre se preocupe mucho por él que digamos, pero al menos es una figura que está algo más presente. Aunque solo para llevarlo a algún internado y librarse de él durante el curso escolar. Que durante las vacaciones ya encontrará con quien dejarlo. Albert Modiano se dedicó desde siempre al "comercio" en sentido amplio y sin más detalles. Sus actividades cayeron de lleno en el mercado negro durante la II Guerra Mundial, así que entre sus socios en las empresas de importación/exportación hay gente de todo pelaje, desde miembros de una nobleza europea venida a menos a hampones en toda regla.
Por tanto, durante 50-60 páginas desfilan ante nosotros Klaus, Geneviève, Alfred, Christos, Suzanne, George, Kiki, Jean-Louis, Ralph, Henri y muchos nombres más. Algunos con apellido, otros sin él, aunque ni los primeros ni los segundos significan demasiado para el propio autor. Unos y otros deambulan por hotelitos, pensiones, posadas y apartamentos en Les-Sables-d'Olonne, Annency, Paris, Angulema, Ginebra, Burdeos, Viena y muchas ciudades más. Cada uno de ellos merece una frase o dos. La cosa no tiene mucho sentido desde luego, pero por lo menos el autor es honesto y en un momento dado llega a reconocer que ni siquiera está seguro de que lo que está haciendo merezca la pena.
Cuando ya es adolescente (segunda mitad del libro aproximadamente), la narración se hace un poco más interesante pues se centra en la relación que mantiene con sus padres. Con cada uno de ellos por separado porque nunca han hecho mucha vida en común que digamos. Lo que relata es bastante desesperanzador y resulta admirable que Modiano pudiera mantener la salud y la cordura en esas condiciones de pobreza y desafecto de sus padres. En resumen mi impresión sobre esta lectura ha oscilado entre el estupor en la primera parte (nombres, nombres, nombres) y la indiferencia de la segunda. Pero una cosa tengo que reconocer: me da la sensación de que el relato autobiográfico de sus años jóvenes es, por su falta de definición y recuerdos, muy próximo a la realidad en el sentido de que pocos detalles más se pueden dar de unos hechos que ocurrieron 40 años atrás en el mejor de los casos. Y luego que malo o bueno, interesante o no, se lee en una sentada. Así que tampoco hay que dedicarle mucho tiempo. Más reseñas en Mis últimas lecturas, La tormenta en un vaso y Punto y seguido.
Reboot de "Dentro del laberinto"
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