Ray Bradbury también sabe vivir del cuento. Mi idolatrado
Bradbury, autor de obras tan maravillosas como
Crónicas Marcianas y
Farenheit 451, por cierto dos de mis libros preferidos desde siempre, es muy capaz de escribir relatos terriblemente mediocres, cuando no directamente malos. La mayoría de los 21 incluídos en
El Signo del Gato tiene un acusado tufillo personal, íntimo y evocador que me ha impedido ver nada de interés en ellos. Todos, salvo quizás dos o tres (
"La Casa",
"La Transformación" y
"Triángulo"), deberían haberse quedado archivados en ese sótano que el autor menciona en el prólogo y de donde los rescató su editor decidido a publicarlos, no desde luego -y esto es añadido mio- por su calidad, sino más bien para aprovechar su fama y hacerse con unos ingresos extra. El libro se cierra con una especie de relato-poema infame (
"El Eterno Orient Express de R. B., G. K. C. Y G. B. S."), que tuve que dejar de leer antes de pasar siquiera la primera página porque me parecía ya el colmo del absurdo y de la tomadura de pelo.
Mi recomendación de hoy es que ignoréis por completo este libro si lo veis en cualquier mercadillo. Por lo que he podido ver en la blogosfera, en general los lectores de esta recopilación no han quedado muy satisfechos con el resultado: ése es el caso de
El Mundo de Yarhel y
La Biblioteca del Kraken.
3 comentarios:
Gracias por el aviso. Hace mucho que no leo nada de Bradbury, cogí un empacho y lo tengo aparcado. Pero cuando vuelva, este libro ni tocarlo.
Loco sus cuentos son grandiosos :3
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