17 sept 2021

El bigote - Emmanuel Carrère

Un joven arquitecto luce un poblado bigote desde hace unos diez años. De hecho su mujer, Agnès, con quien está casado hace cinco años, no le conoce sin ese denso mostacho. Un día decide afeitárselo sin más. Pero cuando su esposa ve su cara completamente lisa no hace absolutamente ningún comentario. Como ella tiene un humor un poco retorcido, él piensa que le está tomando el pelo. Pero pasan las horas y ni ella ni los amigos con quienes han ido a cenar mencionan su aspecto renovado. Ya a solas los dos y de vuelta a casa, él pierde los nervios y discute la cuestión con su esposa, quien le indica extrañada pero con total naturalidad que él nunca ha llevado bigote.

El bigote es una novela angustiosa que a modo de thriller enfermizo, nos lleva a una zona misteriosa sin especificar. Podríamos estar asistiendo a la caída en la locura de alguno de los personajes, o bien a un relato fantástico en el que la realidad da un giro inesperado que lleva al límite al protagonista. Emmanuel Carrère nos ofrece un espectáculo muy bien orquestado e inquietante a más no poder. La trama se va retorciendo progresivamente, generando angustia y tensión como en los mejores episodios de Dimensión desconocida. ¿Lo mejor? La ambigüedad de la historia hasta bien pasada la mitad del libro por un lado, y que no se nos llegue a aclarar nada por otro. ¿Lo peor? El final se resuelve a las bravas con ánimo de epatar y revolver el estómago, dando la impresión de que el autor no sabía muy bien qué narices hacer para terminar la historia.

El libro no encaja para nada en el estilo que ha hecho famoso a Carrère. En lugar de la mezcla de ficción y crónica que nos ofrece en Limónov o El adversario, aguda, ágil y absorbente, estamos ante una obra de ficción a la que le falta pegada. Eso no quiere decir que no sea entretenida, al contrario. Resulta difícil dejar de leer una vez entramos en ese vórtice de enigmas y anomalías. Sabiendo que se trata de una de sus primeras novelas (data de 1986), pero que fue publicada en castellano por primera vez en 2015, me parece detectar cierto efecto "gallina de los huevos de oro" por parte de Anagrama. Resumiendo: puestos a leer al flamante Premio Princesa de Asturias de las Letras de 2021, esta no va a ser una las obras que yo recomiende.

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