Estamos ante la colección de relatos cortos más infame que he leído en mucho tiempo. Los catorce cuentos que incluye Peregrinación a la tierra datan datan de mediados de los 1950s (ver ficha en La Tercera Fundación), pero eso no justifica que algo tan pueril y ridículo haya llegado a trascender. No olvidemos que en esas mismas fechas Philip K. Dick produjo decenas de relatos cortos que tienen unas tramas redondas y originalísimas, capaces de superar con éxito al lector contemporáneo incluso 70 años después de su publicación.
Si decidí aproximarme a la obra de Robert Sheckley es porque escribió la novela en la que se basó una de mis películas de ciencia-ficción preferidas, no tanto por el contenido como por ser un producto rabiosamente sixties de estética pop y space-age: La décima víctima (1965, Elio Petri). Sin embargo los títulos incluidos en este tomo me han parecido totalmente prescindibles. La mayoría son de ciencia-ficción con temáticas propias de la época en que fueron escritos: colonización del espacio, expansión de la humanidad por otros planetas del Sistema Solar, viajes espaciales, etc. Los hay también con un enfoque más de género fatástico/thriller/terror, pero unos y otros son simplones hasta llegar al punto de tratar al lector como si fuera tonto. Además son de un machismo que hace que se te tuerza el gesto. Por supuesto soy consciente de que son producto de la sociedad en que se gestaron, pero hay muchos otros textos del mismo género y época que no tratan a la mujer de forma tan vergonzosa como hace Sheckley, que las incorpora como meros objetos para el uso y disfrute de sus aguerridos colonos y aventureros espaciales. Súmale toneladas de antropocentrismo y algunas pinceladas de homofobia y el veredicto para mí no puede ser más evidente: ¡adiós, Bobbie! ¡Adiós!
De acuerdo en todo
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