13 abr 2021

Parentesco - Octavia E. Butler

Dana y Kevin acaban de mudarse a su nueva casa en Los Angeles, California. Son un joven matrimonio interracial de escritores, ella una mujer negra, él un hombre caucásico, algo que a mediados de los 1970s y en según que estados del los EE.UU. no era demasiado problemático. Todavía están desembalando cajas cuando Dana sufre un mareo y se desvanece en el aire. Cuando vuelve en sí, está en un bosque, junto a un río en se está ahogando un crío de 3-4 años. Sin pensarlo se lanza a por él, lo saca del agua y lo salva haciéndole el boca a boca. Para descubrir a continuación que la madre del pequeño empieza a gritarle acusándola de haberlo matado y verse apuntada por el rifle que sostiene el padre. En ese instante se desmaterializa de nuevo y al recuperar la consciencia está de vuelta en su vivienda. A lo largo de los siguientes días, experimentará más veces estos extraños episodios que la vinculan con la vida de aquel niño que salvó de morir ahogado. Pronto descubrirá que se llama Rufus y que vive en un estado sureño de los EE.UU. a principios del S. XIX, cuando la esclavitud era legal. Y siendo ella afroamericana, esos viajes en el tiempo/espacio pueden acarrearle grandes problemas.

La premisa de Parentesco entronca más bien con el género fantástico en general que con la ciencia-ficción, ya que no hay absolutamente ninguna justificación de los viajes espaciotemporales que experimenta la protagonista. Sin embargo, ahí queda toda su relación con el género. En realidad estamos ante una novela que solo se puede enteneder como una denuncia al racismo desde un enfoque feminista. En ese sentido es demoledora, pues nos expone sin cortapisas a la brutalidad de una sociedad esclavista. Opresión, humillación, sometimiento, maltrato, abusos, violaciones, torturas. Todo ello consentido por la ley, que siempre ha demostrado ser un instrumento al servicio del poder más que de la justicia. Ése era el mundo en el que nacían, crecían y morían los esclavos negros en EE.UU. Por supuesto tanto en el momento de escritura de este título como en los 2020s, el racismo sigue siendo un problema. Pero no olvidemos que estamos hablando de exponer a la esclavitud a una mujer afroamericana de una sociedad contemporánea. Evidentemente, en este conexto Dana establece una relación de sumisión/dominación con Rufus y su familia, relación que irá complicándose cada vez en cada viaje al pasado. Y no solo con los amos blancos, sino también con el resto de esclavos de la granja. En ese sentido me ha parecido que el proceso de interiorización y asimilación de la propia condición de esclavo está perfectamente descrito. De esta manera, puede llegar a sentirse como un orden natural que no se ha de cuestionar, o cuyo posible enjuiciamiento se bloquea como parte de una estrategia de supervivincia.

La novela resulta interesante desde un punto de vista sociológico e histórico. El estilo de Octavia E. Butler es bastante sencillo, pero crudo. No nos oculta ningún horror, no solos los propios de la esclavitud, sino también los de una sociedad terriblemente atrasada: enfermedades, analfabetismo, insalubridad, fanatismo, muertes durante el embarazo y el parto, etc. Como ya he comentado un poco más arriba, los aspectos fantásticos no tienen apenas peso y son un mero instrumento sin justificación para poder desarrollar el conflicto racial y feminista. En realidad a nivel narrativo la historia no me ha parecido gran cosa. No destaca por su originalidad ni tampoco causa asombro. Eso sí, como artefacto de denuncia es totalmente imprescindible. Cien libros más como éste tendrían que publicarse todos los años para que no se nos olviden las infamias que forman parte del ADN de los hombres blancos.

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