Convocado por una organización comunista subversiva, Darman, antiguo capitán del ejército republicano exiliado en Inglaterra, regresa a Madrid para ejecutar a un supuesto traidor a quien no ha visto nunca. En los lóbregos escenarios de la clandestinidad, emprende con desgana un periplo trepidante en pos de su víctima del que una misericordiosa cabaretera, viva imagen de una mujer a la que amó, tratará de desviarlo.Sefarad era hasta el momento mi único acercamiento a la obra de Antonio Muñoz Molina. En aquel post afirmaba con rotundidad que no quería volver a saber nada de él, pero ya en los comentarios suavizaba mi rechazo para indicar más bien que iba a tardar en intentarlo de nuevo. Pues bien, han pasado prácticamente dos años y medio (que creo yo que cuenta como mucho tiempo), y si he insistido se debe a la casualidad de haber encontrado este libro por dos duros en La casquería. Para mi sorpresa, estamos ante una novela negra muy interesante y adictiva con la que me lo he pasado muy bien.
La acción transcurre en un Madrid desapacible y gris de comienzos del desarrollismo franquista. Todas las referencias la geografía física y social de la ciudad están muy logradas. Las localizaciones son fidedignas y la atmósfera opresiva de la dictadura y las penurias que imponía son totalmente creíbles. En base a las fechas de las distintas incursiones de Darman en el país y al hecho de que se menciona el crecimiento urbanístico en la periferia de la capital, yo diría que la acción transcurre entre finales de los 1950s y principios de los 1960s. El jienense consigue imprimir a la narración un ritmo muy ágil y transmitir los conflictos, angustias y miedos de todos los implicados en la acción. Al fin y al cabo estamos ante una historia de perdedores. Los protagonistas no solo perdieron la Guerra Civil, sino que sus vidas quedaron desoladas al tener que renunciar a sus sueños, la capacidad de amar y por supuesto la de confiar mínimamente en los demás.
La única pega de que puedo señalar es que en ocasiones se hace demasiado densa en las descripciones y reflexiones. Sobre todo en las reflexiones, que tienen un cierto je-ne-sais-quoi a pendantería. Mientras me enfrentaba a párrafos algo indigestos, cuya presencia se manifestaba en mi rostro con el gesto perentorio y universal de rechazo (labio superior retraído en el lado izquierdo acompañado de un sonido informe de origen nasal, palatal y gutural), no podía evitar pensar en que en este texto ya se apuntaban las maneras que en 'Sefarad' se me hicieron insoportables. En todo caso no abundan y son fáciles de llevar.
Resumiendo, una novela negra con mucha intriga y con un transfondo político tomado de la historia reciente de España. Por suerte no hace apología más que de maldad, las imperfecciones y las debilidades del ser humano, que lamentablemente son transversales a cualquier ideología. La recomiendo sin reservas desde ya. Tenéis más reseñas en Novela negra y cine negro y Viaje al Parnaso. Los primeros están incluso más emocionados que yo y en los segundos encontraréis más críticas que aquí.
Leí "Como la sombra que se va" y me lo acabé porque tenía que hacer un trabajo en grupo para la universidad y porque eso de abandonar a los compañeros no es algo muy ético, pero personalmente me pareció un desperdicio de papel. Dos tercios de la novela eran descripciones y reflexiones que se reiteraban hasta la extenuación y que no acababan aportando nada. Por lo que comentas, no es algo endémico de la obra, sino que es un poco el estilo del autor. Quizás haya otras como esta en la que no se aprecie tanto. De momento, me la apunto por si algún día me vuelve a dar por leer a Muñóz Molina. Gracias por tu valentía y por tu reseña.
ResponderEliminarMe reí mucho con tu reseña-cabreo de "Sefarad" y por eso he acudido raudo a leer ésta. No puedo ocultar mi decepción al comprobar que no es del mismo tenor. Es broma, me alegra que este libro sí lo hayas disfrutado. Yo hace mucho que soy inclemente con las lecturas que no me convencen, corto con ellas al primer mal gesto (o como mucho al segundo :-).
ResponderEliminarUn saludo y muchas gracias por tu blog.
@Lucas Despadas: No tenía ninguna intención de volver a leer a este hombre pero Beltenebros me ha gustado mucho. Quizás el efecto sea mucho mayor después de haber tenido una toma de contacto con su obra tan espantosa.
ResponderEliminar@joguart: Lo bueno de leer un mal libro es que luego para compensar me lo paso genial soltando sapos y culebras por mis dedines cuando me toca reseñarlo.
Gracias a los dos por vuestro comentarios y perdonad el retraso en contestar. Estoy teniendo un mes de diciembre especialmente agitado en lo laboral y apenas tengo tiempo para dedicar al blog, y casi ni para leer.