Felix Schaad es acusado del asesinato de Rosalinde Zogg, una de sus ex-mujeres. En total ha estado casado seis veces, como seis fueron las esposas a quienes mató Barba Azul, de ahí que durante el juicio la prensa le apode con ese sobrenombre. Rosalinde Z. y el Sr. Schaad mantenían buena relación, y la actual esposa de este último sabía que la visitaba con frecuencia en su apartamento para charlar, ayudarle con los impuestos o cualquier otra bobada. Por cierto que Frau Zogg se ganaba la vida como prostituta de lujo, cosa que no ocultaba y era sabida por su entorno más cercano, que no parecía tener conflicto moral alguno con ello. Durante el proceso asistiremos al interrogatorio del fiscal, que tratará de indagar en los hechos ocurridos el sábado en que se produjo el crimen. Todo hace pensar que el protagonista ha bloqueado el recuerdo de lo que hizo en esa fecha, así pues serán principalmente los testigos quienes irán recreando la personalidad del encausado.
En Barba Azul se desarrolla de nuevo uno de los temas que más preocupó a Max Frisch, esto es, la construcción de la identidad del individuo. En ello influye los condicionamiento sociales por un lado (familiares, de pareja, legales, laborales, etc.), y las diferentes experiencias de cada uno de los posibles observadores que han tenido contacto con él, siendo estos dos aspectos los que empleará el autor suizo para narrar los acontecimientos.
Se trata de un relato corto de lectura muy rápida debido principalmente a que se estructura en numerosos diálogos entre el fiscal y los testigos. Como ya ocurriera con Mi o el viaje a Pekín, hay una parte importante de experimentación en el texto, ya que ni las indagaciones a los declarantes pretenden tener la rigurosidad que uno espera de un pleito formal, ni las reflexiones de Herr Schaad intercaladas intentan seguir un curso lógico con lo que se haya podido leer hasta el momento. Aunque la obra mencionada un poco antes me resultó convincente a pesar de sus peculiaridades, en esta ocasión me temo que me he pasado casi todo el libro pensando: ¿de verdad era necesario publicar esto? No hay apenas reseñas de esta novelita en la blogosfera, os recomiendo eso sí, que echéis un vistazo a la opinión de uno de mis habituales, La esquina de ese círculo, para que podáis comprobar qué dos impresiones más distintas puede causar un mismo escrito.
Hola, Cites. Lo primero de todo, muchas gracias por la recomendación.
ResponderEliminarQuizás tengas razón y el libro no sea tan bueno como dije en su momento. En esa época estaba muy entusiasmado con la narrativa experimental y tendía a sobrevalorarla bastante. Seguramente si la volviese a leer ahora mi opinión sería otra. También supuso una primera toma de contacto para mí con Max Frisch, que, por azares del destino, se quedó un poco ahí, pero ya que lo reseñas lo mismo me animo yo también e intento leerme alguna que tenga pendiente. De momento estoy con "Una pantera en el sótano" de Amos Oz y "Las sirenas de Titán" de Vonnegut, pero los acabaré pronto. ¿Me recomiendas alguna obra en concreto que te parezca especialmente buena?
@Lucas Despadas: Pues por no salirnos de Herr Frisch, creo que leer Homo faber es ir a lo seguro.
ResponderEliminarHola esperando que sigas activo en tu blog, acabo de leerlo me interesaría saber tu opinión acerca del final que me ha dejado algunas dudas que tal vez puedas aclarar, sobre el accidente de auto y su amnesia de antemano gracias y saludos
ResponderEliminar@Boid4c: Me temo que no voy a poder ayudarte. No solo porque hayan pasado más de dos años desde que lo leí, sino porque además como no me gustó, no recuerdo prácticamente nada de la trama.
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