30 jun 2017

Damn nation - Andrew Cosby y Jason Alexander

Recurro hoy a la información de la editorial para resumir la trama de este cómic de terror. Es breve, es precisa y deja entrever que en el fondo el monstruo más peligroso que nunca va a existir en nuestro planeta es el propio ser humano:
Un virus devastador ha asolado EE.UU. por completo. En todo el país ya no queda nadie, sólo los voraces depredadores nocturnos en que se han convertido los infectados. Ahora, un grupo de científicos dicen haber descubierto una cura. Pero, ¿querrá el resto del mundo que los EE.UU. se salven?
Damn nation es una nueva interpretación del mito de los zombies, en este caso en la variación infectados, que a diferencia del zombie clásico tal y como lo popularizó George A. Romero, una vez contagiados siguen siendo peligrosamente rápidos y ágiles (véase 28 días después, 28 semanas después o la reciente The girl with all the gifts). Andrew Cosby incorpora también elementos propios del vampirismo, pues los afectados por el patógeno solo actúan de noche debido a su aversión a la radiación ultravioleta. El guión coquetea con la conspiración política, algo que permite al autor efectuar una despiadada crítica a los incuestionables gobiernos mundiales, ya sean democráticos o no. La historia no es mala en absoluto, y por suerte deja cierto espacio a la esperanza haciendonos ver que se pueden encontrar buenas personas incluso en situaciones límite. El único problema es que llevamos unos años de saturación de esta temática y mi impresión es que está bastante agotada. De todas formas debe quedar claro que se publicó originalmente en 2005 y en español en 2007, así que si algo se puede reprochar a alguien sería a mi por haberla leído diez años después.

Ahora bien, si hay algo a lo que no puedo poner ninguna pega es al apartado gráfico, ya que el trabajo de Jason Alexander es impecable. Este artista trabaja el color con acuarelas y emplea tonos uniformes que cambian de página a página. El rango elegido es siempre muy oscuro, con la clara intención de que el lector se sumerja sin problemas en una trama de horror que transcurre principalmente de noche. Azules si hay lluvia; ocres o verdes en escenas al aire libre y adaptandose a una acción que transcurre bien en un paraje devastado, bien en un bosque; verdes y azules combinados con tonos de palidez cadavérica cuando se pretende mostrar la repugnancia purulenta de los infectados; rojos y naranjas si hay tiroteos; blanco excepcionalmente en el interior de un hospital. Esta coherencia cromática que encontramos en cada par de páginas consigue una armonía que las hace muy atractivas y la vez, desasosegantes por la fuerte presencia de tinta negra.

Resumiendo una propuesta muy buena estéticamente pero que tiene la mala suerte (relativa) de estar muy trillada en cuanto al argumento. Aun así, se trata de una lectura recomendable para disfrutar de una buena dosis de espanto zombie. Tenéis otra reseña en Zona negativa.

1 comentario:

  1. No me parace malo e incluso puede que tenga alguna novedad, pasa que tal como mencionas el tema del género zombie está muy explotado ultimamente, quedando ya hastiado de la temática. Habría que darle igual una oportunidad, muchas gracias por la reseña

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