Cuando Rosemary Cooke tenía unos 5 años su hermana Fern desapareció. Años después, cuando su hermano Lowell cumplió 18 años, se marchó de casa sin avisar, perdiendo el contacto con ella y sus padres, excepto por alguna que otra postal enviada de cuando en cuando desde diferentes lugares del mundo. A raíz de lo sucedido, la alegre y parlanchina Rose pasó a ser una chica muy callada y reservada, siempre tratando de pasar desapercibida y guardándose su opinión. Y por supuesto a sus padres también les afectaron estos acontecimientos. Su madre padeció una depresión y su padre tuvo problemas con el alcohol. Es en 1996 cuando conocemos a Rosemary, siendo una estudiante de la Universidad de California, en Davis. Han pasado 10 años desde que vió por última vez a su hermano y 17 desde que desapareció su hermana. Sin esperarlo un día Lowell se presenta en su apartamento de estudiantes, con lo que ella se verá obligada a afrontar esos dos sucesos tan traumáticos sobre los que ha evitado pensar prácticamente desde que ocurrieron.
Tengo la sensación de que Fuera de quicio es una de las novelas más asombrosas y absorbentes que he tenido la suerte de leer este año. Ya sé que estamos a principios de abril y que quedan muchos meses por delante para terminar 2022. Pero es que creo que va a ser muy difícil superar este libro. No solo por los temas que trata, en los que entraré un poco más adelante, sino por la habilidad con que Karen Joy Fowler ha construído una historia desde el centro de la misma. Y es que el grueso de la narración, relatada en primera persona por Rose, transcurre cuando la protagonista tiene algo más de veinte años y tiene que enfrentarse a un buen montón de realidades propias del mundo adulto, casi todas ellas tristes, amargas y descorazonadoras, pero totalmente imprescindibles para poder continuar viviendo y desprenderse de todo el dolor que tiene bloqueado dentro y le impide crecer. Desde ese punto temporal intermedio, la autora salta hacia atrás para ir revelándonos cada vez más información sobre la infancia de Rose y a medida que vamos avanzando y se va encauzando el conflicto inicial, veremos su resolución cuando la protagonista cuenta con cuarentaipocos años.
En más de un sitio he leído que es preferible no leer ninguna reseña sobre este título antes de empezarlo porque podría revelar aspectos de la trama que conocidos de antemano, destrozan la magia de su lectura. No puedo estar más de acuerdo con esa propuesta y estoy haciendo un esfuerzo muy consciente para no ser yo quien lo fastidie. Y es que la acción está llena de golpes de efecto, tan chocantes y sorprendentes que te noquean según van apareciendo. En especial hay una gran revelación en la página 85 que dota de un sentido totalmente inesperado al drama familiar. Es justo reconocer que viene precedida de bastantes pistas que Fowler va dejando muy sutilmente aunque yo no las he pillado, ¡qué le vamos a hacer! Ahora bien, justo al llegar a ese punto he entendido por qué ciertos pasajes me causaban extrañeza.
A los problemas de la familia Cooke y los aspectos propios de Bildungsroman hay que sumar un inequívoco y contundente alegato antiantropocentrista que cuestiona la ciencia y sus métodos de experimentación con animales. En efecto el padre de Rose es un reputado psicólogo experimental, así que este enfoque está perfectamente integrado en la historia, hasta el punto de ser uno de los motores que la hace avanzar. Por más que los mismos sean perfectamente contrastables, los datos que Fowler aporta para hacernos ver las infamias a que sometemos a los animales en nombre del progreso científico van a provocar que más de un lector la tache de exagerada, incluso de mentirosa. A la mayoría le provocará disonancia cognitiva, ya que por su insensatez y crueldad resultan imposibles de creer. Pero tampoco os asustéis, no estamos ante un ensayo y no creo que haya más de tres o cuatro breves enumeraciones wikipédicas de información al respecto. La novela tiene un final tremendamente agridulce que intenta redimir algo del sufrimiento por el que han pasado los Cooke. Un cierre maravilloso que viene a resumir la ruindad y la nobleza que son inseparables de la naturaleza humana.
¿He recuperado mi crédito como recomendador?
ResponderEliminarExcelente reseña Cities, es muy difícil referirse a esta novela y motivar su lectura sin destripar la trama. Creo que tú, lo consigues magníficamente. Ya la leí, pero si no lo hubiese hecho, creo que correría a conseguirla. Me gustaría agregar, que me impresionó mucho la capacidad de la autora para contar una historia tan dura, que invita a reflexiones profundas, con un aire de ligereza y sutil ironía.
ResponderEliminar@el convincente gon: Nunca lo has perdido. ¿Acaso lo dudas?
ResponderEliminar@Renato Siaskel: Gracias por los elogios. A las características del tono que mencionas yo añadiría una profunda sensación de pena, ¿no te parece?