La extrema fealdad de Alpargata determina que su abuelo le eduque aislado del mundo, en un ambiente bello y armonioso. Pero, ¿qué sucederá cuando el horrible y sensible Alpargata se enfrente a la sombría realidad de la Barcelona de posguerra?Bueno según lo transcribía me he dado cuenta de que tan acertado no es. Yo no diría que la Barcelona de los años 1960s, que es cuando el veinteañero Alpargata sale por fin al mundo, sea exactamente la Barcelona de la posguerra. Excepto por ese punto en particular, convenientemente corregido por este párrafo, doy por válido el resumen.
Estamos ante una novela muy emotiva que hace un recorrido muy fuera de lo convencional por la Cataluña y la Barcelona de la dictadura de Franco. El señor Malagelada, que es el abuelo del protagonista, es el último descendiente de una de las primeras familias de la burguesía catalana más acomodada. Ha podido mantenerse bastante incólume frente al desastre que ha supuesto la Guerra Civil Española (tanto el lo físico como en lo económico). Sin embargo la relación con su nieto, cuya madre -su hija- falleció a las pocas semanas de dar a luz, se ve marcada por el rechazo más absoluto a la victoria del bando sublevado. De ahí que decida aislar a su nieto del mundo poniendo como excusa su fealdad, pero a la vez le ofrecerá unos vastísimos conocimientos, mucho más ricos que los que podría haber conseguido en los terribles años de la posguerra en que creció el pequeño, en especial por haber eliminado la cultura catalana de un plumazo. Con algo más de veinte años Alpargata decide salir al mundo y estudiar una carrera de Letras en la universidad. Será entonces, en un momento en que el rechazo a la dictadura empezaba a provocar la movilización de los universitarios, cuando el joven se tope con la realidad de las relaciones humanas. Desde la amistad, el cariño y el amor, hasta facetas mucho más deleznables como el egoísmo, la crueldad, la traición, etc.
La prosa de Montserrat Roig es deliciosa, una gozada para leer. Incluso cuando la trama atraviesa momentos terribles, su estilo sigue siendo sorprendentemente amable. Tengo la sensación de que lo consigue porque los aspectos crudos se alternan con una justificación que nos hace comprenderlos desde el punto de vista humano. De esa manera, al otorgarles un significado visceral salido de lo que somos (nos guste o no), no puedes evitar sino rendirte ante su buen juicio. Por otro lado, resulta curioso que el protagonista apenas tenga voz en la narración. Su existencia es explicada casi siempre desde el punto de vista de otros personajes. Esto hace que el verdadero Alpargata sea un misterio para nosotros a lo largo de prácticamente todo el libro. Solo al final, en las dos últimas partes de las cuatro que tiene (muy breves, dos y tres capítulos respectivamente), tendrá oportunidad de hablarnos por sí mismo. Otra característica muy destacable es el uso del flashforward. Roig lo utiliza con mucho tino a lo largo de todas las páginas. A veces son simples notas para dotar de detalles de mucha sensibilidad a la historia. Otras son elementos claves que articulan el argumento pero cuya magnitud tardaremos en conocer.
Resumiendo, la novela me ha encantado tanto en la forma como en el fondo. Hace tres meses no sabía quién era Montserrat Roig y ahora tengo la sensación de que me estoy perdiendo a una escritora magnífica. No es que el libro sea perfecto, para empezar la fealdad del protagonista no me parece necesaria para contarnos la historia. Y también he detectado algunos fallos que solo se pueden calificar de pre-wikipédicos. Son las típicas frases de relleno que resultan incorrectas por desconocimiento del tema de que se habla, aunque en realidad no tienen ninguna trascendencia en la trama (por ejemplo se clasifica a las cucarachas de coleópteros cuando pertenecen a otro orden diferente de insectos). De todas formas son bobadas sin importancia que no menoscaban las sensaciones tan poderosas que provoca esta lectura. Una mezcla excelente de novela histórica y Bildungsroman que termina enfrentando a todos sus personajes a los aspectos menos amables del ser humano en uno de los momentos más oscuros de nuestra historia reciente.
Cities, cuando te sales de la ciencia ficción te gusta todo.
ResponderEliminarMontserrat Roig murió prematuramente en 1991, me parece. En los 70 y 80 fue muy popular como periodista y novelista. Tiene también ensayos históricos. Hace mucho leí su novela "Tiempo de cerezas" de la que únicamente recuerdo que me gustó.
ResponderEliminar@el convincente gon: ¡Polémica! Si nos vamos a la ciencia-ficción clásica es más probable que acabe renegando del libro, ahí te doy la razón. Pero en lo que va de 2021 y solo en este género me han gustado los libros que he leído de Christopher Priest, Ted Chian, Michel Faber, Karin Tidbeck, Gore Vidal, Johanna Sinisalo y cómo no: ¡Philip K. Dick! En realidad creo que debería dejar de lado de una vez por todas a los autores estadounidenses más clásicos del periodo 1940s-1960s, pero como hay tantos que no conozco, mi responsabilidad ineludible como lector es intentarlo con ellos (al menos una vez).
ResponderEliminar@abc: Pues la verdad es que no lo sabía, ni siquiera he buscado su entrada en la Wikipedia (algo que hago con bastante frecuencia). En cualquier caso haré lo posible por leer más novelas suyas, lo cierto es que esta la compré en una tienda Re-Read en la que tenían varias más, pero en un ejemplo de prudencia no muy habitual en mí, y porque nunca había oído hablar de ella, solo compré éste.
Mi malicia iba más por el otro lado: últimamente casi todo lo que lees te encanta (ciencia ficción aparte).
ResponderEliminar¡Así no hay manera de saber si mis acertadas recomendaciones van a estar entre tus lecturas favoritas del año o no¡