Amma Bonsu es una directora de teatro que tras décadas ocupando pequeñas salas alternativas va a representar un texto propio en en National Theatre de Londres. Su posicionamiento frente a su trabajo ha sido siempre muy radical. No en vano es mujer, negra, lesbiana y ya tiene más de cincuenta años. Así que el estreno de 'La última amazona de Dahomey' supone un hito de una importancia extraordinaria. Tanto para ella como para todas las personas con quien se ha relacionado desde que empezó en esto a principios de los 1980s.
Niña, mujer, otras es una fascinante y absorbente novela coral que nos da a conocer la vida e historia un buen puñado de mujeres en el Reino Unido, con el añadido no banal de que todas ellas son de raza negra. La narración parte de Amma y se ramifica y extiende en el tiempo, llegando en ocasiones incluso a finales del Siglo XIX, momento en que las antepasadas blancas y británicas de algunas de ellas se quedaron embarazadas de marineros africanos que habían pasado unos días en puerto. Las diferentes historias que cuenta Bernardine Evaristo son apasionantes, emotivas, crudas y enternecedoras a la vez. Hay una clara línea de denuncia de la marginación que han sufrido, no solo por ser mujeres y negras, sino también por ser pobres, clase obrera, inmigrantes, homosexuales, campesinas o mil y una características que por diferenciarlas, se usan para discriminarlas (esto aplica también a los pocos personajes masculinos de peso que aparecen). Sin embargo el tono general es tremendamente esperanzador e inspirador, porque gracias al esfuerzo y decisión de los que hacen gala, y por supuesto también por las redes de apoyo que se establecen espontáneamente entre ellas, se transmite la idea de que se puede salir adelante, dejando bien claro eso sí que habrá que luchar por ello y superar muchas dificultades.
El estilo de Evaristo es muy sencillo y directo. Ignora además todas las convenciones ortográficas y de composición para distribuir las frases y los párrafos de tal manera que se facilita la tarea de asimilación del mensaje, introduciendo nuevas líneas que de alguna forma ayudan a que seamos conscientes de que cada una concentra una de las ideas a transmitir, y además facilitarnos una pausa mental para digerirlas. Ocasionalmente llega a distribuir el texto con cierta intención visual/caligráfica de tal manera que el discurso se adapta al estado emocional del personaje sobre el que habla. Su forma de escribir resulta también muy actual, incorporando cuando la ocasión lo requiere las polémicas desinencias ideadas para personas transexuales o no binarias. Y a la vez, reflexiona con mucho tino sobre su idoneidad o por el proceso que será necesario para que sea aceptado socialmente.
Muy pocas objeciones puedo ponerle a esta maravillosa obra y todas menores. Quizás la de más importancia es que te puedes llegar a perder en esa urdimbre espacio-tiempo repleta de personajes, algo que queramos que no fastidia mucho, pues te hace perder la idea de relaciones globales que se quiere transmitir. La contraportada dice que se nos muestran las vidas de doce mujeres. Yo en realidad no las he contado, pero tengo la sensación de que por lo menos el doble. El otro reparo tiene que ver con ciertos aspectos de la traducción, que aunque es magnífica, tiene puntualmente algunos de esos tics que tanto me molestan al traducir del inglés: tiempos verbales cuyos equivalentes en castellano han sido elegidos erróneamente, acumulación de adjetivos, etc. De todas formas ni el primero ni el segundo menoscaban en lo más mínimo el goce que supone la lectura de esta estupendísma novela.
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