Aprovechando el tirón que supuso que Lectura fácil fuese galardonada con el premio Herralde de 2018, Anagrama recupera la que fue primera novela de Cristina Morales: Los combatientes. Se trata de una obra que mezcla estilos sin tapujos y que no se acomoda con facilidad al género con que se la define. La autora granadina desarrolla una serie de textos que giran en torno a un grupo de teatro universitario y sus componentes. Derrocha ingenio, irreverencia y mala baba para hablar de política, (¿post?) feminismo, literatura o la cruda situación de juventud en el siglo XXI. Aunque también es verdad que por un motivo u otro, la juventud no lo ha tenido fácil en ningún siglo.
La gran componente de autoficción de la que bebe el libro se confirma en la dedicatoria con que se abre. Algunos capítulos encajan en un modelo de narrativa convencional, incluso se pueden leer como relatos cortos interrelacionados que nos traen diferentes experiencias de los actores, ya sea a nivel personal o formando parte de la dinámica del grupo de teatro. Sin embargo el resto (mitad y mitad aproximadamente) se presentan siguiendo el modelo de una obra de teatro, con detalles sobre la escenografía, el sonido o la iluminación de una escena, junto con las líneas que corresponden a cada actor.
Como podréis suponer, yo quería leer 'Lectura fácil', pero llevo meses detrás de él y nunca consigo encontrarlo disponible en la biblioteca que frecuento. En muchas otras ocasiones este trueque consistente en leer otra obra del mismo autor en lugar de la que quiero me ha salido bastante mal (véase El matrimonio de los peces rojos o Nefando). Por suerte en esta ocasión no ha llegado la sangre al río. Reconozco que las partes escritas en forma de obra de teatro me han parecido tirando a obtusas. De hecho es en este montaje ficticio donde recae el mayor peso de la crítica política y el análisis sobre la juventud. Redactadas con un tono muy elevado, ensayístico, como para dotarlas de autoridad, consigue en realidad que resulten plomizas. No obstante el resto de capítulos en formato propio de la narrativa me han parecido muy fundamentados y divertidísimos. Por no hablar de que los conflictos que exponen, aunque sea en un tono desvergonzado y procaz, se asimilan con mucha más inmediatez y claridad. Con lo cual sigo convencido de leer la obra que dio a conocer a Morales al gran público.
Hola:
ResponderEliminarYo este libro lo leí después de 'Terroristas modernos', que me había gustado mucho y, en este caso, me pareció interesante, pero más como un ejercicio de estilo que otra cosa. Como anécdota, parece que Morales esta obra incluyo, literalmente, párrafos del inefable ultraderechista y de nuevo reivindicado por algunos Ramiro Ledesma y contaba la autora que en alguna presentación o festival literario le pudieron que leyera un fragmento del libro y ella con su desparpajo habitual leyó justamente lo que era obra del finado fascista...
En fin, que yo creo que 'Lectura fácil' te gustará más cuando la leas o por lo menos verás que tiene mayor entidad.
Un saludo.