Y cuánto me alegro, la verdad.
Porque los siete relatos incluídos en este tomo son maravillosos. Se trata de siete preciosas piezas costumbristas, todas ellos protagonizadas por mujeres. Son mujeres maduras o ancianas, aunque hay alguna algo más joven según los cánones actuales (treintaitantos, que para finales del S. XIX-principios del XX no lo eran tanto). Unas y otras demuestran una entereza, una serenidad y una bondad en sus actos que emociona y resulta digna de admiración. Aunque alguna está casada, la mayoría son solteras o viudas desde hace mucho tiempo. Y las que no se han casado nunca o han enviudado no ven el propósito del matrimonio, pues viven vidas plenas aunque sencillas. Todas demuestran una increíble fuerza de carácter, tanto que a veces le juega malas pasadas a su salud y se ven forzadas a claudicar. Os dejo la lista de cuentos a continuación:
- Una monja de Nueva Inglaterra
- La rebelión de mamá
- Una poetisa
- Una cantante de pueblo
- La caridad equivocada
- Billy y Susy
- Una victoria de la humildad
«La madre y el hermano de Louisa habían muerto, y ella se había quedado sola en el mundo. Pero el mayor acontecimiento de todos [...] fue que los pasos de Louisa se habían internado en un camino, suave tal vez, bajo un cielo calmo y sereno, pero tan recto e inquebrantable que solo podría culminar en su tumba, y tan estrecho que no quedaba sitio para nadie más a su lado.»Ese trasfondo fatalista, con la muerte omnipresente en todos los textos, sumado a esa aceptación de la soledad como estado deseado me representan tan fielmente que la conexión con Wilkins Freeman fue inmediata. Porque todavía hoy día, la presión por tener y vivir en pareja existe tanto para hombres como para mujeres, independientemente de su orientación sexual. La soledad sigue viéndose como una lacra. Sin embargo, la descripción de las mujeres protagonistas es siempre positiva, remarcando sin ambages que no hay nada de mágico ni de necesario en el matrimonio, lo cual es doble o triplemente remarcable considerando que todos los relatos cortos datan de finales del periodo 1887-1891, excepto 'Billy y Susy' que es de 1907. En definitiva, un ejemplo demoledor e incuestionable de literatura feminista que dignifica a la mujer como individuo, no como parte de una pareja y mucho menos subordinada a un hombre. Visto lo visto, ahora me muero de ganas de leer el libro de terror publicado por La Biblioteca de Carfax.
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