Según nos informa la contraportada, Nick y el Glimmung es la única novela juvenil de Philip K. Dick, escrita en 1966 pero publicada por primera vez póstumamente, en 1988. Se trata en efecto de un texto de extensión corta pensado para lectores jóvenes. Así pues hay aventuras con una base de ciencia-ficción (viajes espaciales, planetas colonizados, etc.) pero que tienen mucho de fantasía en tanto en cuanto el escenario en que transcurre casi toda la acción está lleno de seres asombrosos que aproximan mucho el relato a este otro género.
La trama empieza de manera muy dickiana: Nick y sus padres deciden emigrar a otro planeta porque la policía ha descubierto a su gato Horace. Y por desgracia las mascotas son ilegales en la Tierra debido a la superpoblación humana y a la carencia de recursos. Es una vez llegados al mundo exterior al que emigran, el Planeta del Labrador, cuando la trama entronca con lo fantástico. Allí se topan con varias especies autóctonas inteligentes (los wubs, los trobes, los zancajos, los werjes y un largo etc.), algunos de los cuales son peligros y los otros amistosos. En todo caso unos y otros están alineados en los dos bandos que se han establecido en la lucha ancestral que el maligno y cuasi omnipotente Glimmung tiene contra los impresores. Y como no podía ser de otra forma, nuestro pequeño protagonista será crucial en el desenlace de la misma.
En fin, no esperéis mucha complejidad, estamos ante un cuento infantil/juvenil. Hay un pocos elementos más bien adultos que resultan un pelín fuera de lugar. De hecho la simple idea de emigrar a otro planeta por no perder a Horace está muy en la línea de Dick de entender a las mascotas como compañeros inseparables de los humanos, algo que aparece también en muchas de sus novelas más importantes (véase por ejemplo ¿Sueñan los androides con ovejas eléctricas?). También aparece un sorprendente cuestionamiento sobre el trabajo y su significado en la sociedad, ya que en la Tierra ha pasado a ser un lujo a pesar de consistir en realizar tareas repetitivas y absurdas. Y hay que reconocer que los zancajos son unos personajes basante bien conseguidos, muy divertidos y ocurrentes. Para finalizar, según la Wikipedia (porque evidentemente yo no recordaba este detalle), el universo en que transcurre la acción es el mismo que en Gestarescala, donde también aparece un no tan perverso Glimmung y el mismo Planeta Labrador. En fin, se trata solo de algunas curiosidades para rellenar espacio. Recomendado a fans acérrimos de PKD y si tenéis niños pequeños, también para ellos.
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