6 feb 2021

Malasangre - Michelle Roche Rodríguez

Caracas a principios de los años 1920s. Diana es poco más que una adolescente cuando pierde el control de sus actos y ataca a un amigo de su madre, mordiéndole en el cuello en busca de sangre. Se comprueba así que ha heredado la hematofagia de su padre, una afección que va a condicionar el resto de su vida. Sus padres se plantean entonces si es mejor casarla o recluirla en un convento. A pesar de que no profesan demasiado afecto por su hija, van a intentar dar salida a la primera opción planteada, habida cuenta de que la joven pueda controlar sus instintos. La acompañaremos pues en su entrada en sociedad con intención de encontrar marido, algo que será aprovechado por su progenitor para tratar de mejorar su posición. No en vano no es más que un oportunista salido del arroyo que ha sabido arrimarse a los árboles adecuados durante los diferentes gobiernos y dictaduras de Venezuela a principos del siglo XX.

A pesar de ese coqueteo con el mito del vampiro, poco o nada hay del género de terror en Malasangre. Estamos más bien ante una novela que sobre una clara componente histórica, expone la sumisión de la mujer al patriarcado. Si por algo destaca este texto es por la gran habilidad con que Michelle Roche Rodríguez encaja la historia de Diana en la vida cotidiana de Caracas y Venezuela de los 1920s. Los aspectos políticos y sociales de los regímenes de Cipriano Gómez y Juan Vicente Gómez se manejan de manera metaficcional imbricándose en la trama con absoluta naturalidad y muy buen tino. Sin embargo la denuncia que la protagonista hace de la subordinación de la mujer al hombre no me ha resultado demasiado creíble. No he podido evitar la sensación de que su enfoque resultaba completamente contemporáneo. Ojo que no estoy cuestionando su validez, ni que esas líneas de pensamiento no estuvieran activas en aquellas fechas. Pero a nivel narrativo ni su familia, ni su entorno, ni su edad parecen las más apropiadas para que un personaje de 14-15 años nos inunde con reflexiones sobre los derechos que les estaban siendo vedados por ser mujer, ni mucho menos sus cavilaciones sobre género, homosexualidad, etc.

En realidad la novela es entrentida y fácil de leer, pero a mí me ha parecido ineficaz. Un mix de géneros que combinan mal ante la falta de una buena trama que permita la emulsión. Como indicaba un poco más arriba, la componente fantástica en la trama no juega ningún papel de relevancia. Lo cual me hace preguntarme hasta qué punto no es más que una estrategia para despertar el morbo y seducir a lectores incautos, como yo mismo. Por otro lado el desarrollo es tremendamente lineal y plano. Hechos y acontecimientos narrados a lo largo del tiempo, semana tras semana, mes tras mes, años tras año. Esta estructura tan simple refuerza la idea de novela histórica que me ha acompañado durante una lectura que por resumir, solo podría calificar de insulsa.

2 comentarios:

  1. Hola:
    Estoy bastante de acuerdo con tu reseña, aunque me parece que la novela me gustó un poco más a mí que a ti... En todo caso, también me hubiera gustado que hubiese en ella algún componente gótico, aunque fuera insinuado, y no se limitase sólo a la recreación o ambientación histórica.
    De todos modos, permíteme que discrepe en un punto: es cierto que la rpotagonista es una adolescente, pero si no recuerdo mal, narra los hechos desde una época posterior, ya adulta o incluso cuando ya ha transcurrido la mayor parte de su vida, por lo que me parece verosímil que atribuya a su yo adolescente pensamientos e intenciones que corresponden a alguien más maduro.
    Un saludo y gracias por una estupenda reseña, como de costumbe.

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  2. @Juan G. B.: ¡No consiento disidencias en mi blog! ¡Fuera de aquí y no vuelvas a comentar nunca más! ¡¡¡NUNCA!!!
    XD

    Es broma, por supuesto, ya sabes que eres más que bienvenido a dar tu opinión con total libertad. La verdad es que no recordaba que la narradora enfoque la historia desde la edad adulta, pero acabo de revisarlo y no parece disparatado entenderlo así. En todo caso, me sigue resultando un poco tramposo y artificioso elaborar un discurso adulto para describir sentimientos de un adolescente. Puede que sea un problema de incredulidad por mi parte. De todas formas el fallo ha sido mío por no haber apreciado el enfoque de la autora, que me temo no altera mi opinión sobre el libro. Mis disculpas y mil gracias por tu aclaración.

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