Charles Arrowby es un famoso dramaturgo, director y actor de teatro que se retira del mundo del espectáculo y se muda de Londres a un pueblín de la costa británica. Su intención es alejarse de todo y disfrutar sin más del mar y de la vida solitaria. Sin embargo bien pronto empezará a recibir visitas de amigos, ex-parejas y su primo -su único familiar vivo-, deseosos de mantener el contacto con él por mil motivos diferentes. Por si esto no fuera bastante, casualmente la que fuera su gran amor de juventud y su esposo también viven en esa misma aldea desde hace tan solo unos meses. Unos y otros harán que sus días junto al mar no se desarrollen con la tan deseada calma, sino más bien todo lo contrario.
Llego a Iris Murdoch, una completa desconocida para mí hasta hace un par de meses, a través de una referencia a su obra en algún blog de los que sigo habitualmente pero que no puedo recordar ahora mismo. Ni siquiera era una reseña de alguno de sus libros, pero no sé qué pude leer, qué defensa hicieron de ella o qué maravillas prometían sus textos, que de pronto se volvió imprescindible leer algo suyo. Y hete aquí que hoy comento El mar, el mar, que me lo va a poner muy fácil porque se puede resumir con un simple calificativo: impresionante. Básicamente estamos ante un tour de force sobre el amor como motor y guía de la vida humana. Plagado de profundas y certeras reflexiones sobre el impacto que las relaciones humanas y amorosas causan en el individuo, contiene elementos puntuales que abarcan géneros tan dispares como la comedia o el fantástico. En esta ocasión nadie me va a poder acusar de revelar detalles que arruínen la lectura porque se cuentan tantas cosas, son todas tan interesantes y están tan bien hiladas y relatadas que no tiene sentido desarrollar más el argumento.
Narrada en primera persona por el protagonista, quien adopta el hábito de escribir su diario/biografía para ocupar sus días tras la jubilación, página tras página iremos conociendo no solo su entorno personal sino su difícil carácter. Sin duda tanto Charles Arrowby como el numeroso elenco de secundarios que le acompaña están caracterizados a la perfección. La habilidad de la autora irlandesa para componer personajes demoledoramente humanos es asombrosa. Y digo "demoledoramente" porque tras asistir a este depliegue de talento, me da la impresión en restrospectiva de que la mayoría de los personajes de todas las novelas que he leído son pastiches ridículos y sin gracia. Sin embargo, Murdoch sabe captar a la perfección todo aquello que nos define como personas, tanto los aspectos positivos como especialmente los negativos, que son los que dan más juego a la hora de componer una trama. Bondad, simpatía, comprensión, altruísmo o entrega se alternan con egoismo, ira, furia, envidia u odio en un torbellino de sentimientos que comprende amor, deseo, celos, inseguridades o el simple afecto.
La verdad es que el ser humano no sale muy bien parado en la narración, pero sería necio negar que como especie social somos bastante deplorables. El relato coral compuesto por esta escritora es tremendamente agudo y ninguna relación humana consigue el aprobado. En especial, el matrimonio y la familia reciben mil varapalos; cierto es que las situaciones descritas a veces pecan de excesivas, pero al estar ambientado en el mundo del teatro, frívolo y amoral desde que el mundo es mundo, entran dentro de lo admisible. En fin, no sé qué mas decir excepto que lo recomiendo con todas mis fuerzas. El libro tiene 700 y pico páginas en la edición de bolsillo, pero no cuesta lo más mínimo devorarlo, con un ansia imparable e incontenible en mi caso por cierto. Tiene además una cierta fuerza visual que me hacía preguntarme cómo no ha sido adaptado a una miniserie de TV, de esas típicamente británicas de los 1970s-1980s. Super fan de Iris Murdoch desde ya, sólo esta novela compensa todo el tiempo que he perdido sin saber de su existencia. Tenéis más reseñas en Un libro al día y El boulevard literario. Los primeros han quedado encantados, igual que yo. Los segundos más bien no, cosa que me cuesta entender, pero así son las cosas.
Como en otras ocasiones en este blog (Mishima, Bernhard), mi recorrido personal con ciertos autores va paralelo a lo que aquí se narra. Y precisamente en estos días le doy vueltas a si meterle mano o no (literariamente) a esta autora y, concretamente, a esta novela. Como en otras ocasiones, me hacéis verlo más claro, ese empujoncillo que no viene mal, a veces.
ResponderEliminar@Maqroll: ¡No lo pienses más y a por ella! Espero que la disfrutes, gracias por pasarte por aquí y encantado de poder dar pistas para tus lecturas.
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