Lou Bertignac tiene trece años y un C.I. de 160, a resultas de lo cual va adelantada dos cursos. Se siente un poco rara porque destaca entre sus compañeros por su aspecto mucho más aniñado. Aunque también tiene muchas inquietudes intelectuales que se salen de lo corriente, pero ésas las deja para casa. Va a realizar un trabajo sobre los sin techo para la clase de Ciencias Económicas y Sociales. Quiere enfocarlo en las mujeres jóvenes y se fundamentará en especial en entrevistas con No (apócope de Nolwenn), una joven sin hogar de 18 años con quien ha trabado una precaria amistad. El tiempo que pasen juntas actuará como revulsivo para Lou, quien se verá forzada a enfrentarse a verdades muy amargas del mundo adulto.
No y yo es una novela de crecimiento que no hace concesiones y muestra sin tapujos el horror que supone vivir en la calle. A pesar de ello, el lenguaje no es crudo, sino que está perfectamente adaptado a la edad de su joven narradora. La habilidad de Delphine de Vigan para ponerse en la piel de una cría de 13 años es asombrosa, ya que por muy inteligente que sea, su enfoque ante los problemas y sus reflexiones recogen por igual la ingenuidad y la conmoción que supone enfrentarse por primera vez a situaciones inconcebibles desde la lógica, pero habituales en nuestra sociedad. Aunque el registro verbal esté bastante contenido, las causas, consecuencias y peligros de vivir en la marginalidad se recogen sin vacilación alguna: abandono infantil, abusos, violencia (sexual o no), soledad, alcoholismo, marginación, trastornos psicológicos... El texto podría parecer destinado a un público juvenil por esa aparente sencillez del discurso, pero en mi opinión por la contundencia de la realidad que se expone no creo que sea el caso.
De Vigan ha escrito una historia muy emotiva que no cae en la complacencia ni tiene intención moralizante. En realidad, tiene un desarrollo muy derrotista y pesimista, otorgando pocas concesiones a la esperanza. Por más que la jovencísima protagonista pueda madurar al enfrentarse a las injusticias del mundo adulto, al menos en mi caso al cerrar las tapas lo que me ha quedado es una profunda sensación de desconsuelo. Algo que sin duda habla muy bien de la destreza de la autora francesa.
No hay comentarios:
Publicar un comentario