- 'Barrabás' (1950). Seguiremos la vida de Barrabás inmediatamente después de ser indultado y de que Jesucristo sea crucificado en su lugar. Perfectamente ambientada, refleja todas las contradicciones y el dolor que las religiones pueden llegar a provocar en un no creyente.
- 'El verdugo' (1933). Crítica a la maldad intrínseca del ser humano, y solapadamente al nazismo. Se centra en un verdugo medieval para reflexionar sobre una de nuestras características más oscuras como especie. La más breve de las trés y en mi opinión, la más floja por su gran carga simbólica.
- 'El enano' (1944). Un enano que sirve como ayuda personal del príncipe de algún estado italiano del Renacimiento nos da su visión personal del mundo. Cínico, descreído y cruel, no dejará títere con cabeza a la hora de llamar a las cosas por su nombre y al exponer las miserias del ser humano.
'El enano' se puede adscribir sin ninguna duda a la corriente del pesimismo filosófico, un enfoque vital que como ya sabréis quienes seguís habitualmente el blog, comparto al 100%. El personaje protagonista interpreta un doble papel en la narración. Por un lado, se autoexcluye de la humanidad al considerar a los enanos una raza diferente, lo cual le permite hacernos llegar sus opiniones sobre los aspectos que el ser humano, en un alarde de arrogancia, consideran los más elevados de nuestra especie. Así pues, el amor, las artes, la religión o la ciencia se analizan desde múltiples perspectivas solo para ser mostrados como facetas repugnantes y ridículas de unos seres que no han llegado a entender la inutilidad de la vida. Por otro lado y a pesar de este aparente distanciamiento del ser humano, el enano encarna precisamente sus características más abyectas. Su crueldad, su egoismo y su absoluta falta de empatía hacen de él un psicópata de manual que en primer lugar no duda a la hora de utilizar a los demás en su propio provecho, y en segundo no muestra el menor arrepentimiento de sus actos, que suelen tener unas consecuencias nefastas para los demás implicados. En este sentido, su proceder podría entenderse como una personificación de las infamias del ser humano considerado globalmente: abusos de los poderosos, guerras, plagas, destrucción, etc. Ni siquiera los pocos sentimientos nobles que muestra el personaje (admiración y amor por el príncipe a quien sirve; amor quizás de índole romático por la princesa consorte), llegan a mostrarnos nada bueno de su carácter, pues tan solo los usa para hacernos llegar su estupefacción e incomprensión ante los mismos.
Ni que decir tiene, la prosa de Lagerkvist es impecable. A pesar de la gran carga filosófica entreverada en el texto, la lectura es súper fluída y todas sus reflexiones se exponen sin ninguna dificultad (bueno en 'El verdugo' son un algo más obtusas, no todo podía ser perfecto). Y aun cuando la novela histórica no es de mis favoritas, tengo que admitir que la ambientación tanto en 'Barrabás' como el 'El enano' es impecable. Por resumir, aunque no creo que haya lugar a dudas, se trata de una lectura apasionante y sobrecogedora también. En concreto el último título es un merecidísmo varapalo a la especie más peligrosa de las que habitan el planeta Tierra, y por sí solo, basta para convencer de la excelencia del Nobel de 1951.
Cuando leí Barrabás me quedé como tú, fascinado por este autor. Tengo pendientes los otros dos relatos.
ResponderEliminar@Palimp: No dejes pasar mucho tiempo antes de ponerte con 'El enano', que te harás un favor.
ResponderEliminar